Indignante: así es la leña que entregan en el Plan Calor
Los beneficiarios muchas veces son adultos mayores que además tienen que pagar el traslado de los rollizos hasta su vivienda.
Tres rollizos de importantes dimensiones que tuvieron que ser movidos entre tres hombres, son el ejemplo de la leña que reciben los beneficiarios del Plan Calor. Irene, una adulta mayor de 73 años, llegó esta mañana al Centro Cívico acompañada de un hacha para demostrar la dificultad que sufre con el programa que debería ayudar a paliar la falta de un servicio esencial.
“Es una falta de respeto”, calificó un joven que pasaba por el lugar mientras los hombres de la junta vecinal del barrio Lera acomodaban la leña afuera de las puertas del municipio antes de solicitar hablar con algún funcionario.
Roberto Paillacoy, presidente de la junta, explicó que además, la leña está verde y por las dimensiones de los rollizos, resulta imposible que una persona mayor pueda cortarla para utilizarla en las cocinas o salamandras.
Para el referente barrial, el accionar del municipio es “una forma de denigrar a los vecinos” y aclaró que a principio de año, en una reunión con Carlos Sánchez, secretario de Desarrollo Social, Deportes y Cultura, manifestaron la necesidad de contar con mejoras en el programa ya que “generalmente es leña verde, pero el año pasado al menos eran palos chicos”, por lo que consideró que “empeoramos cada año”.
En el barrio Lera particularmente, hay alrededor de 60 familias que no cuentan con gas, y en su mayoría se trata de adultos mayores. “Ya solicitamos que se tenga en cuenta la conexión del servicio al menos para los más grandes, que sufren mucho en el invierno”, indicó el hombre, pero hasta ahora, no hay respuestas.
El Plan Calor es un programa social que contempla la entrega de leña a cuatro mil beneficiarios en la ciudad. El municipio invierte una suma de 4 millones de pesos para tal fin y el gobierno provincial por su parte, aportó 750 mil pesos este año. De todas maneras, las quejas por la calidad de la leña no se hacen esperar, y a eso se sumó esta vez, el tamaño de los rollizos, que resultan casi imposibles de transportar y/o de cortar, para los beneficiarios. (ANB)
