martes 19 de marzo de 2024

Desafió al viento y navegó con ráfagas de 130 kilómetros por hora

El deportista Tommy Djapic practicó windsurf durante los días de alerta meteorológica. “Nunca había visto el lago así”, sostuvo.

lunes 12 de junio de 2017
Fotos: gentileza.

Las ráfagas de viento superaban los 100 kilómetros por hora y el lago estaba enfurecido. A Tommy Djapic esto lo entusiasmó aún más. Preparó su equipo y sin dudarlo, salió a navegar por el Nahuel Huapi que blanqueaba por las fuerzas de las olas.

Tommy practica windsurf hace 35 años. Empezó luego de quedar impactado por el deporte a través de Bruno Fenoglio y de a poco se fue afianzando hasta tener una importante trayectoria sobre sus hombros.

Para el deportista, Bariloche es uno de los mejores lugares donde iniciarse en windsurf por las condiciones climáticas. El viento que es una constante en la ciudad, permite que se pueda practicar casi a diario, y así, crecer rápidamente. Las prácticas comienzan en niños pequeños, generalmente, a partir de los 8 años y “cada vez hay más adeptos”, asegura.

En la ciudad hay alrededor de 100 personas que practican windsurf y aprovechan las olas del Nahuel Huapi para sentir la adrenalina que sólo sienten aguas adentro. Tommy tiene una escuela donde hace 18 años, enseña a gente de todas las edades.

Desde el jueves pasado, el viento se intensificó en la ciudad e incluso se emitió un alerta meteorológico por las fuertes ráfagas que sobrevendrían. Tommy vio el lago como nunca “y dije: esto no me lo puedo perder”, cuenta divertido.

El hombre explica que para los vientos tan intensos es necesario contar con un equipo acorde. “Cuanto más fuertes son las ráfagas, tenés que tener un equipamiento más chico”, indica. Generalmente, desde la costa se pueden divisar las velas que se mueven en el lago, pero el viernes, cuando Tommy se metió al Nahuel, sólo podían verse las enormes olas que terminaban produciendo una intensa espuma blanca sobre la superficie del agua.

“He navegado con vientos muy fuertes, pero nunca había visto al lago con tanta espuma”, sostiene. Al consultarle sobre lo que piensa su familia cuando realiza estas hazañas, se ríe y asegura que su esposa “prefiere ni enterarse”.

“La sensación fue indescriptible, pero miedo no sentí. Prefiero que me pase cualquier cosa ahí adentro que en la calle”, resume. Así fue como este osado deportista desafió al viento, al lago, e incluso a un alerta climático y salió a navegar, sintiéndose pequeño entre la inmensidad de las olas. (ANB)

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