Ciencias Forenses: El perito y la verdad científica

En los últimos años, hemos sido testigos de una serie de investigaciones judiciales, en las cuales se ha utilizado, exhaustivamente los términos pericias, peritaje forense, peritos en criminalística y criminología. Sin embargo el conocimiento de estas ciencias es muy acotado,  inclusive dentro de los ámbitos de tribunales.  Sin que se logre diferenciar las ciencias Criminalísticas de las Criminológicas y mucho menos las grafotécnia o caligrafía de la documentológia.

Es por eso que desarrollo esta primera diferencia. Las ciencias criminalísticas y ciencias forenses son ciencias de grado en nuestro país, es decir se desarrollan académicamente bajo licenciaturas con especialización y tecnicaturas. La primera universidad con carrera como tal, aparece por 1978 en la provincia de Corrientes, bajo la órbita de la Universidad Nacional del Nordeste. Como dicha disciplina se alzaba intrínsecamente vinculada a la actividad de las distintas fuerzas del Estado, sus estudiantes casi con exclusividad, se desarrollaban dentro de estas instituciones. Sin embargo en los últimos años las ciencias forenses, ayudada por distintas series y películas, tuvo un auge sin igual. Dando un giro hacia la actividad privada.

En 1979 se crea el Instituto de la Policía Federal. Ya en épocas más recientes 2001 la UNLAR, FASTA y la UNRN más recientemente, entre otras universidades de gran prestigio.

Ahora bien, ¿Quién es el perito? ¿Qué es la pericia? El perito es un profesional con titulación universitaria, especialista en un arte o ciencia que a solicitud del juez o las partes, emitirá unas conclusiones en función a la disciplina en la que se halla capacitado. Por el importante evento, que estos conocimientos científicos, le son ajenos, tantos al juez como a los demás profesionales del derecho. Razón por la cual se impulsan estas operaciones o “peritajes” dentro del proceso de investigación.

Ahora bien, no pocas veces, se confunde a un perito en criminalística con un funcionario policial. Razón por la cual es necesario separar la función de un perito judicial, de la de un perito criminal, el cual desarrolla su labor dentro de la función pública en una institución específica como un gabinete técnico Criminalístico.

A diferencia de un perito judicial, que es un profesional independiente, nombrado por el juez (caso del perito de oficio) o por las partes (figura del Perito consultor), el cual valiéndose de las evidencias recolectadas inicialmente, las analizara en su laboratorio científico forense propio, a los fines de dictaminar de manera concluyente.  Es importante destacar que el perito somete a protocolo técnico las evidencias recogidas dentro del proceso o propone nuevos elementos. Nunca realiza una pericia de otra pericia, sino, que de la evidencia fáctica y objetiva. Razón por la cual, este nuevo dictamen, podrá estar en concordancia con las pericias iniciales o como en algunos casos arribar a otras conclusiones.

¿Cuál es la importancia y el valor de comprender estas funciones dentro del proceso?. Es la de destacar, que de igual manera, en que el perito de oficio designado por el tribunal, tiene por objeto, emitir un informe especializado. Las partes involucradas, querella y/o defensor, también tienen la facultad de presentar otros elementos probatorios, acreditados mediante la figura del consultor técnico.

Tal es así, que en hechos como la muerte del fiscal Alberto Nisman,  el caso de Ángeles Rawson y Fernando Farré o en eventos de nuestra provincia, como lo son el homicidio del Policía Lucas Muñoz, desaparición de Daniel Solano, muerte de Otoño Uriarte, triple crimen de Cipolletti, los roles destacados del perito, el consultor y la prueba forense, toman un valor sin igual. Demandando de un profesional, especialmente formado en protocolos de investigación, tecnologías calificadas y actualización permanente.

La realidad que se pone en manifiesto en estos hechos, son las enormes falencias de un proceso, que por años no le brindó la importancia que se merece la prueba científica. En este sentido creo oportuno cerrar con las frases de Edmond Locard (Criminalista Francés) quien indicaba que:

“La verdad no se descubre, sino que se prueba”

 “El tiempo que pasa, es la verdad que huye”

“No existe crimen perfecto, sino investigación imperfecta”