¿Cómo hace una persona para moverse por la ciudad con una silla de ruedas?

Por Gonzalo Contino

Las personas que deben usar silla de ruedas, tienen diferentes barreras que impiden su integración y su interacción social. Por un lado, el relieve, pero a este se le suma la falta de infraestructura, el mal estado de las calles, la falta de continuidad en las veredas y la imposibilidad de subirse a un colectivo, hace muy complicado la posibilidad de moverse en Bariloche.

“El que va en silla de ruedas generalmente se maneja por la calle, porque las veredas son imposibles, pero igualmente las calles están muy rotas”, destacó Juan Ojeda, presidente del Consejo de Discapacidad de Bariloche.

También aseguró que no pueden usar el transporte público, porque “no hay ninguno con piso bajo, que nos facilite el poder subir y bajar”.

Ojeda es escritor y trabaja en educación. Hace 10 años que vive en la ciudad.

 “Sabemos que esto no es algo que se solucione de la noche a la mañana, pero no hay avances y el relieve tampoco puede ser una excusa, porque hay ciudades con terrenos similares que tienen la infraestructura necesaria para que nos podamos mover”, destacó.

La falta de continuidad en las veredas hace que deban circular por la calle. Foto: Emiliano Rodríguez.

Él sostiene que un primer paso para poder transitar por la ciudad sería que puedan acceder a tomarse un colectivo. Según informó, el contrato de la empresa de transporte urbano no establece la obligatoriedad de sumar colectivos con piso bajo, “solo dijeron que en algún momento podían sumar móviles con rampa, pero no es lo mismo”, aclarando que la diferencia es que para poder subir a una unidad equipada con rampa, uno necesita que alguien baje y lo ayude; “siempre depende la ayuda de otro. La manera de incluir es dar independencia y la rampa no da autonomía”.

Para movilizarse hacia distintos puntos de la ciudad, la única opción que tienen es (si posee obra social) llamar a la ambulancia, pero “solo para ir al médico, uno queda afuera de toda actividad recreativa o de esparcimiento personal”.

En relación a su circulación por la ciudad Juan Ojeda puso el acento en el estado de las calles. “Están destruidas y las veredas no las podemos usar porque no hay continuidad”, asimismo aseveró que “las rampas están mal hechas, no tienen ninguna función y a eso hay que sumarle que muchas son tapadas por vehículos”.

"Las rampas están mal hechas" asegura Ojeda. Foto: Emiliano Rodríguez.

Además sostuvo que la mayoría de los edificios del Centro Cívico son inaccesibles, "no podemos llegar a reclamar a nuestras autoridades porque para eso hay que subir por escaleras”.

“La inclusión supone que pueda subir al mismo colectivo que suben todos, por eso uno casi no ve gente en silla de ruedas circulando por la calle”, enfatizó el integrante del Consejo de Discapacidad.

Juan Ojeda también se refirió a la obra de la calle Mitre. “Es plenamente inaceptable, por las cunetas y por el tipo de piso. ¿Vos te imaginas ir temblando por nueve cuadras?”, concluyó.

La obra de la calle Mitre. Foto: Emiliano Rodríguez.

Sobre el tema, Luís Suero, del centro educativo y cultural para personas con discapacidad Cre-Arte, informó que la comuna solamente invierte el 0,004% de su presupuesto en discapacidad y que la obra pública no está sujeta a las necesidades de una persona en silla de ruedas. “Las gestiones lo único que hacen es proponer ordenanzas, pero lo que se necesitan son obras”, aseguró.

“Uno de los argumentos para no hacer nada es que no se puede modificar toda la ciudad; pero creo que por algo hay que empezar”, sostuvo Suero. (ANB)