Aumentó la brecha entre ricos y pobres
Según los números del Indec en la Argentina se produjo un cambio en el hábito de los consumos.
La gestión de Cambiemos en más de un año y medio logró la gran desigualdad nacional, aumentó la brecha entre los más ricos y más pobres de la Argentina.
El 10% de la población gana más que el 60% de menores ingresos. Con el actual gobierno Nacional, se incrementó la desigualdad en la distribución del ingreso. La brecha entre el ingreso familiar promedio del 10% de los hogares más pobres y el 10% más rico llegó a 18,7 veces en el último trimestre de 2016
La caída del poder adquisitivo provocada por la devaluación de inicios de 2016, la eliminación de las retenciones y el aumento tarifario profundizaron la brecha existente entre los sectores más ricos y los más pobres del país.
La mitad de los ocupados recibe menos de $8.000 por mes. El sueldo promedio es de $10.771. Y el 30% cobra menos de 5.300 pesos, cuando el salario para no ser considerado pobre es de $14.500.
Si analizamos fríamente los números que nos brinda el INDEC podemos concluir que en la Argentina se produjo en el último año un cambio en los hábitos de consumo, los consumidores dejaron de adquirir leche y carne, para comprar camionetas Toyota, autos VMW y Audi, y motos Harley Davidson.
Esta absurda distribución del ingreso proclamada bajo la teoría del derrame, está generando que los sectores más bajo de la sociedad se priven de adquirir los alimentos necesarios para tener una dieta equilibrada, mientras los sectores más acomodados compran vehículos importados suntuosos atraídos por la eliminación de impuestos y por la excesiva renta que obtienen a través del sistema financiero o por las exportaciones del agro.
Cada vez que aumenta el precio internacional de los cereales y oleaginosas que argentina exporta (commodities) un pequeño sector de la población festeja por el incremento de su renta y la inmensa mayoría de la población ve afectado su ingreso por el aumento en los precios de los alimentos.
El consumo no despega siendo este un elemento dinamizante de la economía , aunque el Gobierno arme su propio relato de que el pueblo no consume porque está ahorrando, la realidad nos indica que cuando se destruye la distribución del ingreso, ya sea eliminando retenciones o anulando subsidios a los servicios, al trabajador se le hace muy difícil mantener los niveles de consumo, cuando su salario pierde cada día poder adquisitivo por los efectos inflacionarios.
