jueves 25 de abril de 2024

Nuestra Historia

Bariloche 1920: el artista, la belleza y "La Gloria"

Conocé la historia de este hermoso chalet ubicado en el kilómetro 1,3 de avenida Bustillo.

sábado 25 de febrero de 2017
Foto: Patricia Caviglia.

Por Sofía Solá

 

Para aquellos que imaginan habitualmente recorridos en la línea del tiempo, los años 20 son un diamante precioso en la historia. Una década bohemia, viajes, y la busqueda sensible de las formas y los colores perfectos trajo a la región al creador del chalet La Gloria, ubicado en el kilómetro 1,300 de Bustillo.

En 1920, Bariloche se convertía en una espacio creado por la mente de un soñador, una joya alejada del realismo social que inspiraba la búsqueda de lo bello y particular.

Una tarde de 1923 llegaba desde Rosario un viajero intrépido que lejos estaba de ser un conquistador, el fundador de una ciudad, o quien marque la economía de una región. Osvaldo Lauersdorff era un artista excéntrico que se expresaba no solo a través de la pintura y la escultura, si no, que cada movimiento suyo era una muestra de los divagues de una mente tan compleja como mágica.  

Le compró a los agricultores Runge una porción de tierra situada en el kilómetro 1,300 de la avenida Bustillo. Dicen que se plantó en el medio de ese gran jardín y mirando al lago, perplejo por la belleza del horizonte,  susurró “la gloria de estar acá”. Y así fue como nombró a su siguiente obra y vivienda.

Lauersdorff construyó el chalet La Gloria, un palacete erguido con los mejores materiales que envió desde su ciudad natal, además colocó las instalaciones sanitarias más modernas y hasta contaba con el mejor grupo electrógeno de la región.

Tras un vistoso jardín creado por Hueda, aquel famoso paisajista oriental que residía en la zona, se encontraba emplazado el sueño de Lauersdorff. Dos cuerpos con techos a 4 aguas, balconcitos triangulares y una sugestiva torrecilla.

Rodeado por pinos, cedros y nogales,“el palacete con detalles normandos” como la llamaba su creador y propietario, la construcción de los ´20 continua emplazada en su lugar original. Declarada patrimonio histórico y utilizada por la Universidad de Río Negro como laboratorio.

La casita “La Gloria” guarda su encanto añejado que puede degustar cualquier persona que se detenga frente a ella por unos minutos. (ANB)

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