viernes 19 de abril de 2024

Once jóvenes que cumplen condena en el Penal III finalizaron la Primaria

Este miércoles se realizó el acto de egreso. “El conocimiento nos hace ver que hay otros caminos”, dijo uno de ellos en un emotivo discurso.

miércoles 07 de diciembre de 2016
Fotos: Emiliano Rodríguez.

El salón del Penal III ofició de escuela hoy miércoles cuando once hombres convictos recibieron su diploma por haber terminado los estudios primarios. La emoción era palpable, tanto de los estudiantes como del cuerpo docente, que sintió el acto, como el cierre de un ciclo casi más importante para ellos que para los propios convictos.

“Saber es poder”, dijo en su discurso una de las maestras que a lo largo de todo el año concurrió a dar clases de lunes a viernes, como en cualquier escuela, pero entre las cuatro paredes del  Penal, donde alrededor de 100 personas cumplen condenas por distintos delitos. Una pequeña y casi trillada frase, que resume lo que sintieron los 11 chicos que decidieron invertir su tiempo presos en algo productivo.

“No es casual que el 95 por ciento de las personas que están presas no esté alfabetizada”, consideró la referente educativa Cecilia Martínez  en diálogo con ANB y añadió que “la educación es un derecho fundamental”. Como tal, no es una obligación, por lo que cada preso decide si quiere estudiar o no.

Este año, la matrícula fue mayor a la del año pasado y se mantuvo a lo largo del ciclo lectivo, que es idéntico al que realizan las personas  en las escuelas. “El único derecho que perdieron es el de la libertad, pero los otros siguen vigentes y estudiar es la pata principal”, sostuvo Martínez.

Cuando llegó la hora del acto formal, con abanderados y todo, varios docentes dijeron palabras emotivas, agradecidos de poder haber consolidado una relación entre los chicos y ellos. “El vínculo, el afecto y el respeto que recibimos es increíble”, dijo Martínez.

A la hora de entregar los diplomas, los estudiantes aplaudieron y festejaron este logro que seguramente muy pocos pensaron posible. “Al estar privados de la libertad, con el conocimiento nos hicieron ver que hay otros caminos”, dijo Walter, uno de los egresados a la hora de hablar ante el público.

Además, hubo entrega de reconocimientos para quienes se encuentran en la secundaria, y terminaron segundo año. “Gracias a los docentes que nos sacaron adelante y nos hicieron desarrollar nuestra mente. Cuando andaba en la calle, nunca me imaginé que iba a estudiar y hoy terminé segundo año”, expresó otro de los chicos.

Los egresados, en su mayoría jóvenes, concordaron en que la escuela además de ser una herramienta muy útil, “es una manera de pasar el tiempo encerrados, y de generar compañerismo”, concluyeron.

Diego terminó 7º grado y hace más de 3 años que está en el Penal. En tres meses finaliza su condena y cuando le consultamos sobre qué hará el año próximo no dudó: “Quiero empezar la secundaria, pero en libertad”, afirmó. La educación, y las oportunidades que brinda, demostraron una vez más que “los sueños parecen imposibles, luego improbables, y luego cuando nos comprometemos se vuelven inevitables”, como rezaban cuatro carteles realizados por los docentes. (ANB)

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