viernes 29 de marzo de 2024

Ateroesclerosis: la epidemia de nuestro tiempo

La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en la población, principalmente después de los 65 años y el accidente cerebrovascular ocupa el tercer lugar, siendo además la principal causa de discapacidad.

lunes 14 de noviembre de 2016
Ateroesclerosis: la epidemia de nuestro tiempo

A nivel mundial 7 de cada 10 muertes se deben a enfermedades crónicas  no transmisibles (de causa infecciosa) y entre ellas la enfermedad cardiovascular ocupa un lugar primordial. La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en la población, principalmente después de los 65 años y el accidente cerebrovascular ocupa el tercer lugar, siendo además la principal causa de discapacidad.

La causa mas importante de la enfermedad cardíaca y de gran parte de los accidentes cerebrovasculares es la ateroesclerosis que, azota a a la población mundial en forma de epidemia.

Se puede afirmar que, en los países desarrollados, luego de los 50 años, más de la mitad de la población masculina y casi la mitad de la población femenina sufrirá un accidente vascular en el resto de su vida muchos de ellos fatales y prematuros.

Hace varias décadas en el mundo y en nuestro pais, se ha producido lo que se ha dado en llamar la transición epidemiológica. La reducción de la morbilidad y la mortalidad por enfermedades infecciosas, por el desarrollo de tratamientos antibióticos y por los efectos beneficiosos de la inmunización, logrado por los planes de vacunación. Esto ha permitido una mayor longevidad de la población y la expresión de enfermedades crónicas en sus etapas avanzadas. La ateroesclerosis no es una enfermedad nueva y afecta al ser humano desde los inicios de su historia. Estudios realizados con rayos X y tomografías a cadáveres momificados de miles de años antes de Cristo han encontrado lesiones ateroesclerosas calcificadas avanzadas en varios territorios arteriales.

La ateroesclerosis es una enfermedad que afecta a las arterias del organismo, endureciendo e infiltrando sus paredes y obstruyendo progresivamente en forma crónica y muy frecuentemente ocluyendo en forma aguda y en muchos casos inesperada, la luz arterial y, como se comentó previamente, causando la gran mayoría de los infartos cardíacos, muertes súbitas y un gran número de accidentes cerebrovasculares. La enfermedad se inicia por una alteración de la estructura y función del endotelio que, es la pared celular que recubre el interior de las arterias.

Esto altera su permeabilidad y permite el depósito de una proteína que transporta el colesterol, denominada LDL (lipoproteína de baja densidad) en la pared arterial que, origina una compleja cascada de reacciones del organismo, de tipo inflamatoria, progresiva pero, controlable y tratable al ser diagnosticada precozmente. En definitiva, la ateroesclerosis es el precio que debe pagar el ser humano por la existencia de un sistema inmunológico que lo protege de numerosas noxas y de las enfermedades infecciosas pero que, responde con una serie de eventos fisiopatológicos adversos para la salud arterial ante el depósito de dichas moléculas.

La enfermedad comienza sus primeros pasos en la niñez, aun, en la vida fetal. Se desarrolla en forma silenciosa en la primera mitad de la vida y se manifiesta clínicamente, con toda su intensidad, en general, luego de la quinta década de la vida. Antiguos estudios de necropsia realizados en personas jóvenes que han muerto de causas no naturales (muertes de soldados en guerras, accidentes, etc) han demostrado una alta prevalencia de lesiones ateroesclerosas. Por ejemplo, un estudio detectó que en una población joven, con una edad promedio de 36 años que murió de causas no naturales, el 83 % tenían ateroesclerosis en las arterias coronarias del corazón y 8 % lesiones ateroesclerosas coronarias obstructivas, avanzadas.

En años recientes con el avance de los métodos diagnósticos como el eco Doppler vascular y la tomografia computada se han confirmado estos hallazgos. El estudio PESA publicado en junio del 2015 demostró por ecografía Doppler vascular, en una población de una edad entre los 40 y los 54 años sin enfermedad cardiovascular evidente, la existencia de lesiones ateroesclerosas subclínicas (sin síntomas) en el 63 %,  71 % de los hombres y 48 % de las mujeres y formas mas avanzadas y generalizada en 41 % de los participantes. 

Las causas de la enfermedad están estrechamente ligadas a alteraciones del metabolismo y de la nutrición por dicho motivo a algunas de ellas se las ha englobado como enfermedades cardiometabólicas: dichos trastornos metabólicos producirán las condiciones que llevarán al desencadenamiento y progreso de la enfermedad ateroesclerosa y, la ateroesclerosis será la causa de muerte en más del 50 % de los pacientes que las sufran.

Por dicho motivo, en el estado actual de la ciencia y el conocimiento se impone un manejo médico integral e interdisciplinario con una visión amplia, englobadora de la patología metabólica y cardiovascular. Se estima que, con el incremento de la frecuencia de la obesidad y sus consecuencias adversas, diabetes e hipertensión arterial en los próximos años seremos testigos de un significativo incremento de la frecuencia de la enfermedad cardiovascular y de los costos para su tratamiento que, se triplicarán para el año 2030.

A las condiciones relacionadas al desarrollo de la ateroesclerosis se las ha clasificado como factores de riesgo:

Algunos no modificables: como: la edad, el sexo o la predisposición genética. Los otros, aquellos en los que podemos actuar idóneamente, con toda intensidad para corregirlos: los modificables:

1 Hipertensión arterial

2 Colesterol y grasas en sangre: dislipidemias

3 Obesidad y sobrepeso

4 Diabetes y trastornos del metabolismo de la glucosa (azúcar)

5 Tabaquismo

6 Sedentarismo o falta de actividad física.

Esta información, obtenible por una entrevista, el examen fisico o una rutina de laboratorio es analizada para evaluar el riesgo de desarrollar la enfermedad, es decir, predecirla. Las conductas en medicina se basan en la predicción: se predice, por conocerla, la evolución más probable de una enfermedad: se interviene quirúrgicamente una apendicitis o se trata con antibióticos una neumonía por el riesgo de evolución desfavorable del proceso infeccioso, se interviene quirúrgicamente una fractura expuesta, estas son manifestaciones dramáticas de una enfermedad.

Pero, para las enfermedades silenciosas como las cardiometabólicas no se tiene la suficiente y necesaria alerta para consultar con el médico. Conocer los factores de riesgo alterados y la intensidad de dicha alteración brinda información sobre la probabilidad de desarrollarla. De acuerdo a la magnitud de dichas alteraciones se podrá clasificar a los pacientes en categorías de riesgo: alto, bajo e intermedio y actuar en consecuencia.

Pero, como se ha reconocido luego de numerosos estudios estos métodos frecuentemente serán insuficientes y, se deberá recurrir a métodos diagnósticos por imagen. En el estudio PESA citado previamente la frecuencia de ateroesclerosis fue muy alta en aquellos pacientes clasificados como de alto riesgo por sus características clínicas pero, también padecían ateroesclerosis el 58 % de los sujetos clasificados como de bajo riesgo y, un 36 % de ellos con formas avanzadas y generalizadas.

William Osler a principios del siglo XX por los hallazgos en estudios de necropsia acuñó la frase: el ser humano  tiene la edad de sus arterias , para diferenciarlo de la edad cronológica.

Con dicho método de predicción clínica, complementado, cuando son necesarios, con otros estudios, se podrá detectar a la enfermedad arterial en sus distintos estadios evolutivos y además se podrá cuantificar lo que se ha dado en llamar la edad vascular. La edad vascular informa la equivalencia de riesgo y de alteración anatómica arterial con la edad cronológica.

En conjunto, estas evaluaciones permitirán identificar más precisamente el riesgo, las lesiones y la edad vascular y desarrollar la mejor estrategia terapéutica farmacológica y no farmacológica para cada paciente.

Citando nuevamente a William Osler: si no fuera por la variabilidad individual la medicina sería solamente una ciencia y no un arte.

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