jueves 25 de abril de 2024

Patrón y sota

La aparición de los supermercados y la necesidad de contrarrestar esta situación con ferias de barrios. Concurrir a los mayoristas, otra solución.

domingo 16 de octubre de 2016
Patrón y sota

Hace muchos años, en el siglo pasado, más precisamente en la década del 60, las amas de casa solían defender el poder adquisitivo del salario de la familia concurriendo a las ferias que se instalaban en los barrios en ciertos días y horarios predeterminados. Por aquellos tiempos no existían los grandes hipermercados como existen hoy, solo tuvo una fugaz experiencia el famoso Satélite que quebró a los pocos años de su inauguración por problemas de índole técnicos administrativos, ya que por aquella época no existían los sistemas de información (Lectoras de barras) que posibilitaban un control en tiempo real de los stock del supermercado, lo que provocaba una perdida por ineficiencia en los manejos de los mismos.

El gran enemigo de los consumidores en dicha época eran los Mayoristas o Distribuidores, ya que los artículos producidos por las fábricas eran distribuidos por los mismos a los almacenes de los barrios, no accediendo el público adquirir dichos productos directamente de sus depósitos. Esta intermediación por supuesto producía un incremento en el precio de los bienes calculado aproximadamente en un 100%.  

El tiempo pasa y apareció en escena un nuevo jugador: "Los Hipermercados" que arrasaron a su paso con los comercios minoristas, se apoderaron del mercado por medio de una política económica de oligopolio que se manifiesta a través de ser los grandes formadores de precio del mercado. Con su manejo agresivo en su sector de compras, les posibilita adquirir producciones completas de artículos directamente desde las fábricas a precios irrisorios, que luego remarcan a valores exorbitantes. Sus márgenes llegan a ser de más del 250% en algunos casos, cuando en el mundo entero no superan el 15%. Por supuesto que la Argentina siempre es la excepción a las reglas que dice: "A menor rotación de los bienes mayor margen y a mayor rotación menor margen”,   por ejemplo: Joyerías vs Supermercados.

Ante esta situación de indefensión tan injusta qué le queda por hacer al maltratado consumidor. Tiene 2 caminos a saber: I) Volver a la fuente o sea a las ferias de los barrios donde se pueden adquirir productos de excelente calidad y a muy buenos precios y II)  Concurrir a los Distribuidores de productos, organizando sus compras al por mayor para obtener una importante descuento por cantidad y precios (en los últimos meses se hizo muy habitual esta práctica).

Algún desprevenido se podría  preguntar por qué no en todos los barrios y ciudades existen las ferias abiertas, esa necesidad da paso a un derecho que tienen los consumidores y a su vez una  obligación que tiene el Estado en llevar los mercados comunitarios a lo largo y a lo ancho del país. Ese viejo proyecto del Mercado Central de abastecer al interior del país en que cajón del escritorio del actual Secretario de Comercio habrá quedado archivado, será que su posición de Patrón y Sota lo obliga a proteger los intereses de su propia cadena de supermercado contra el bien común de toda la población. Ojalá que no sea así ya que un tercio de nuestro pueblo se encuentra bajo la línea de la pobreza y necesita que su salario pueda por lo menos cubrir la canasta básica de alimentos a precios accesibles y de buena calidad.

 

 

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