jueves 25 de abril de 2024

Adiós a Paul Cottescu, un grande de la montaña, la naturaleza y la amistad

Pablo Cottescu falleció este viernes 26 de agosto. Fue uno de los más prestigiosos y queridos profesionales de la montaña y el esquí, socorrista, piloto de planeador, ciclista y apasionado aventurero de la naturaleza.

viernes 26 de agosto de 2016
Paul Cottescu encabeza una ascención al Torres del Paine.
Foto Toncek Arko.
Foto Toncek Arko.

Paul Cottescu, deportista y guía de montaña, instructor nacional de esquí y escalada, piloto de planeador, dirigente deportivo, empresario de turismo y amante de toda actividad y aventura en la naturaleza, murió hoy a los 60 años de edad, luego de sufrir una larga enfermedad.

                                                                                                             Pablo Cottescu (1956 - 2016)

Estaba casado con Andrea Neelsen, también andinista, con quien formó una familia con una hija, y además llevaron adelante una empresa propia de turismo. Y con una personalidad afable, buen humor y una sonrisa permanente, cultivó la amistad como pocos.

“Lo recordamos por su honestidad, profesionalidad y precisión en las actividades. Todo debía hacerse con la rigurosidad habitual de los alemanes. Este estilo, por cierto no muy habitual en nuestro país, solía amargarlo bastante, en particular por la eterna lucha contra la burocracia, los trámites y papeleos, típicos en una empresa, en el turismo, y lamentablemente también en las montañas sudamericanas”, resumió en una detallada reseña la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM), entidad de la que fue cofundador y presidente.

 “El primer y más lindo recuerdo que me viene es verlo en las carreras, organizando, en el largador, apoyando fuerte, con su energía siempre buena y positiva”, dijo Manolo Bustos, ex corredor de esquí.

“Creo que sobre todo era muy amigo de todos con los que compartía las actividades. Y siempre con su sonrisa, sonreía hasta con los ojos celestes con los que te miraba desde el fondo”, resumió Paula Cánepa, del Club de Planeadores Bariloche (CPB).

El volovelismo es la última actividad a la que abrazó, y se hizo socio del Club (número 399) el 12 de septiembre de 2001.

Era como una asignatura pendiente, porque su padre Dimitri fue el primer instructor del CPB. Sin embargo fiel a su pasión volaba mucho, con todos los planeadores a disposición. Se iba a trabajar a El Chaltén o a El Calafate, y luego volvía al aire para su “adaptación”, como llaman en la actividad al test que se hace luego de un período sin volar.

Su sino fue sin dudas la altura, pero con los pies en la tierra, en la montaña. Como caminante, escalador, ciclista y esquiador. Y las supo combinar con maestría en excursiones de heliski.

La reseña de la AAGM indica que Paul nació en Bariloche en 1956 y participó de las salidas de la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino Bariloche, creada en 1966. Rápidamente se destacó en los cursos de escalada y aún adolescente escaló la torre Principal del Catedral. Paralelamente concurrió al colegio Woodville y luego al  Ángel Gallardo.

No sólo lo entusiasmaron las torres del Catedral y López, las montañas más emblemáticas para la escalada en Bariloche.

También concurría al Valle Encantado y al Traful, donde junto a Ricardo Gabrielli y Pablo Ruberti registran la primera ascensión a la torre Gebauer, en 1974.

Se recibió de instructor de esquí y en 1981 de profesor nacional de escalada en roca y hielo. En 1983, junto a Mario González, Andi y Chulengo Lamuniere, iniciaron el proceso para fundar la AAGM.

Fue refugiero en Laguna Negra y durante el verano 1982/1983 en el refugio Emilio Frey. Además de ser guía de alta montaña e instructor nacional de esquí fue promovido como pistero socorrista, en el primer curso nacional, realizado en Las Leñas, en 1986.

A partir de 1983 se radicó en El Chaltén, donde fue pionero del turismo aventura, en particular de las actividades de trekking y montaña en la zona. Cada verano recibía allí a los grupos de turistas, en especial alemanes, ávidos de recorrer los senderos aledaños al cerro Torre y Fitz Roy y los hielos Patagónicos. Un período, en el cual El Chaltén era muy diferente a la actualidad.

Paul también fue director del primer curso para guías de alta montaña de la AAGM, que acorde a los tiempos pasados, dictó ad honorem. Corría el año 1990 y de allí egresaron Mauricio Fernández y Máximo Schneider.

Pese a residir los veranos en El Chaltén y trabajar todos los inviernos en el Catedral, en general en la escuela de esquí del Club Argentino de Ski (CAS), Paul siempre tuvo tiempo para la AAGM y fue su presidente, entre 1996 y 1998. Posteriormente, con su empresa Alta Montaña, incursionó en las excursiones de heliski, actividad en la cual también es reconocido como pionero en Argentina y participó con entusiasmo en los primeros años de desarrollo del centro de montaña Los Baguales.

 

Último adiós

 

Paul es velado este viernes 26 de agosto en la Cochería Bariloche, en la calle Vicealmirante O’Connor 745, de 14 a 22, y el sábado 27, de 8 a 12,30, hora en la cual será trasladado al Cementerio del Montañés, al pie de la pared norte del cerro López, donde será sepultado. (ANB)

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