jueves 28 de marzo de 2024

Animales raros de la Megafauna Sudameriana, la Macrauchenia

domingo 24 de julio de 2016
Animales raros de la Megafauna Sudameriana, la Macrauchenia

El Cenozoico fue denominado la era de los mamíferos. Luego de haber desarrollado fantásticas y diferentes formas durante el Mesozoico, los reptiles sufrieron una drástica reducción en su grupos con la mega-extinción a fines del Cretácico (hace 65 millones de años). Las distintas formas de reptiles poseían diferentes roles en las cadenas alimentarias. Ese cupo ecológico (denominado "nicho ecológico") fue rellenado paulatinamente por diferentes formas de mamíferos en el Cenozoico. Los mamíferos dominan los ambientes continentales por los últimos 60 millones de años. Hoy los encontramos en ambientes tan diferentes como selvas, praderas, debajo del suelo (viviendo en cuevas), habituados al ambiente acuático (ríos, lagos y pantanos) y hasta marinos (como por ejemplo las ballenas, delfines y los lobos marinos).

Para el Cenozoico, las temperaturas globales fueron muy diferentes a las del Mesozoico. Los mamíferos, que habían comenzado su evolución conjuntamente con grandes reptiles, encontraron su momento de gloria en el Cenozoico. Fue allí cuando no solo encontraron cupos ecológicos vacíos, sino que además, su capacidad de auto-generar calor corporal (aspecto fisiológico) y poder aislar las bajas temperaturas (ejemplo: por su cubierta de pelo) les confirieron capacidades óptimas para vivir en una Tierra muy diferente a las del Mesozoico.

Los mamíferos radiaron en centenares de grupos diferentes. Los continentes que antes se encontraban unidos, en el Cenozoico se separaron aún más y en cada continente diversos grupos de mamíferos se desarrollaron con formas particulares. América del Sur es un ejemplo paleontológico reconocido a nivel global. Fue por mucho tiempo un "Continente Isla", aislado de todos los otros continentes, sin la posibilidad de ser influenciado por grupos desarrollados en los otros lugares. De esta forma en América del Sur se tuvieron grupos muy diversos de mamíferos con formas completamente distintas al resto del mundo. Esto duró por mucho tiempo, hasta que se estableció la conexión continental con el América del Norte por medio de América Central. Fue entonces cuando los dominantes grupos en América del Sur sucumbieron ante la llegada de los poderosos mamíferos del norte.

Los Mamíferos Ungulados de América del Sur, una historia extinta

Uno de los más grandes grupos de mamíferos desarrollados en América del Sur, fueron los denominados Notoungulados. Tuvieron tan diversas formas que aún hoy encontramos fósiles nuevos que nos sorprenden. Se desarrollaron en formas muy pequeñas y otras gigantescas. Fueron denominados así por apoyarse sobre el suelo con sus uñas (ungulado) y ser un grupo netamente desarrollado en América del Sur (Noto = Austral en latín). Vivieron por más de 55 millones de años, pero todos se extinguieron. Los últimos llegaron a convivir con el hombre primitivo en América del Sur hace 8.000 años.

Uno de los grupos de Notoungulados más extraños fueron los Litopterna, un grupo caracterizado por ser herbívoros con formas que llegaron a gran tamaño. Dentro de ellos, un grupo evolucionó en formas muy parecidas a grandes caballos o camellos. Si bien no tienen ninguna vinculación genética con los verdaderos caballos, ni con los camélidos. Se le dio el nombre de Macrauchenia a una forma muy peculiar, que poseía dientes muy particulares, con muelas grandes con agujeros de formas muy curiosas.

La Macrauchenia, ¿un guanaco prehistórico?

La Macrauchenia no era un guanaco, ni una llama ni un camélido, pero se le parecía bastante. En el momento que pobló las praderas sudamericanas, los guanacos aún no existían en América del Sur. La Macrauchenia era un ungulado de largo cuello y patas elongadas. Tenía tres dedos en cada pata y al apoyar solo la parte terminal le confería la capacidad de correr tan rápido como un moderno caballo (los caballos hoy en día solo corren con un solo dedo).

El cráneo de la Macrauchenia si bien aparenta ser similar al de un guanaco, era muy diferente. Sus dientes se disponían en forma cortante, seguramente para alimentarse de hojas y de pasturas. Vivió en un periodo de tiempo de mucho volcanismo, por lo que estaba adaptada a ingerir abundante ceniza volcánica con la herbívora y a desgastar sus dientes sin que por ello se quedara desdentada.

Pero lo más curioso del cráneo de la Macrauchenia no eran sus dientes, sino la posición de las narinas en el esqueleto. Tenía dos grandes aberturas en posición muy dorsal, como la de los delfines y ballenas. Prácticamente por encima de sus ojos. El estudio anatómico por paleontólogos indicó que muy probablemente se debiera a la presencia de una trompa, con lo cual las fosas nasales comienzan a salir antes del fin del cráneo. Probablemente tuvieron una pequeña trompa como la que hoy tienen los tapires.

En la sala del Centro Cívico de la Secretaría de Cultura de Bariloche, el Museo Paleontológico Bariloche expone desde esta semana, el calco del cráneo de una Macrauchenia. Allí es posible observar los caracteres del cráneo de tan fantástico animal prehistórico.

Las Macrauchenias se extendieron por todo el Continente de América del Sur, se registraron fósiles en toda la Patagonia, el Sur de Chile y hasta en Antártida. Fue el único grupo de Notoungulado que sobrevivió al gran intercambio americano. Más aún, las Macrauchenias lograron expandirse hasta alcanzar México.

Convivieron con los grandes Toxodóntidos (similares a hipopótamos) y las "aves del terror" (Fororracos), que vivieron en las praderas húmedas de la localidad de Comayo. Fueron cazados por los terribles "Dientes de Sable" y varios otros carnívoros de la época. Pero es muy probable que el hombre haya contribuido a su extinción, pues los cazadores habrían aprovechado su carne. Restos de Macrauchenia fueron encontrados en un asentamiento humano del Holoceno, hace unos 8.500 años, donde huesos quemados hallados en los antiguos fogones demuestran que su carne fue usada como alimento.

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