jueves 18 de abril de 2024

Las víctimas ignoradas del tabaquismo

Cómo afecta la exposición al humo tanto para fumadores pasivos como activos.

domingo 10 de julio de 2016
Foto ilustrativa.

En la columna anterior comentamos que, en la historia de la humanidad no ha habido epidemia tan devastadora como el tabaquismo.

Desde principios del siglo XX se conoce la relación estadística entre el hábito tabáquico y la ocurrencia de cáncer de pulmón. No fue hasta el año 1950 que el hábito tabáquico se identificó como una causa, indiscutida,  de enfermedad cardiovascular y respiratoria.

Millones de personas mueren en el mundo por afecciones generadas por el tabaquismo.

En la Argentina 45000 muertes anuales son causadas por enfermedades ligadas al tabaquismo de las cuales 6000 a 7000 se producen en personas no fumadoras o fumadores pasivos. Reconociéndose como tales por el antecedente de haber estado expuestos previamente al humo del tabaco, ya sea en forma activa o pasiva.

Pero, existen otras consecuencias del tabaquismo, menos reconocidas y que directa o indirectamente comprometen nuestra salud.. Son las consecuencias del tabaquismo sobre el medio ambiente.

Dentro del grupo de productos de consumo masivo, el tabaco, es uno de los mas contaminantes del medio ambiente, desde su cultivo, producción, consumo y desecho.

Cultivo y producción

El cultivo del tabaco es una de las principales causas de deforestación, tanto para obtener espacio para su cultivo como para la producción del papel y para el proceso de “cura” de ciertos tipos de tabaco que son secados con calor, generado por la combustión de leña. La planta de tabaco consume rápidamente los nutrientes del suelo, además es altamente susceptible a enfermedades por lo cual requiere de un uso intensivo de pesticidas, combinación letal para dañar las propiedades del suelo y de su biomasa. Esto sumado a la contaminación de las napas de agua por los productos químicos, generan indirectamente severas consecuencias adversas sobre los seres vivos. El deterioro del suelo y la necesidad de obtener nuevos espacios para su cultivo determina un circulo vicioso con severo impacto en el medio ambiente.

Consumo

La combustión del tabaco produce miles de sustancias, la mayoría de ellas perjudiciales para la salud, destacándose entre ellas la nicotina, droga que genera la adicción, hidrocarburos con propiedades cancerígenas y metales pesados con reconocidos efectos tóxicos: arsénico, cadmio, plomo etc.

La combustión del tabaco produce dos tipos de humo contaminante: el humo exhalado por el fumador que contribuye en un 15 %  y el humo generado por la combustión espontanea que, contribuye en el otro 85 %. Si bien esos porcentajes se refieren a la producción de humo, el impacto sobre la contaminación ambiental generado por la combustión espontanea es mucho mayor pues, contiene mayor cantidad de microparticulas que comprometen profundamente el sistema respiratorio de las personas expuestas al mismo.

Un estudio publicado en la revista Tobacco Control (British Medical Journal) comparó la contaminación ambiental generada por la combustión espontanea durante 30 minutos, en forma sucesiva de tres cigarrillos y la comparó con la producida, en idénticas condiciones, por el funcionamiento de un motor de automóvil, diesel, de tecnología moderna, en una habitación cerrada, de 60 m3. Condiciones que fueron seleccionadas para reproducir las situaciones habituales de ambientes contaminados por humo de tabaco, laborales u hogareños. La combustión del tabaco generó 10 veces mayor contaminación con micropartículas que el funcionamiento del motor y superó en 15 veces la contaminación ambiental al aire libre.


La inhalación del humo del tabaco, tanto para los fumadores como para los fumadores pasivos genera una serie de afecciones en el organismo, bien reconocidas desde hace años.  La exposición por escasos minutos al humo ambiental de tabaco produce alteraciones en la estructura y función del endotelio vascular que es la pared interior de los vasos sanguineos que, no es una estructura inerte sino que, cumple numerosas funciones que cuando se alteran nos exponen al riesgo de desarrollar accidentes vasculares: síndromes coronarios agudos, infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares. Luego de la exposición de media hora al humo ambiental, dichas alteraciones pueden detectarse 24 horas después en personas no fumadoras. Incluyen: incremento del riesgo de producción de coagulos en nuestros vasos sanguíneos por activación de las plaquetas (celulas de la coagulación), incremento de proteinas vinculadas al mecanismo de generación de trombos, como el fibrinógeno y disfunción del endotelio.

Estas alteraciones se deben sumar a un aumento en la liberación de adrenalina, reducción de la capacidad de transporte de oxigeno por la hemoglobina por contaminación con monóxido de carbono  y contracción de los vasos saguineos. Se ha evidenciado que la exposición prolongada al humo del tabaco produce modificaciones adversas sobre los lípidos (grasas) en sangre: reducción del colesterol bueno (HDL), aumento del colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, oxidación de moléculas como el LDL, incremento de la resistencia a la insulina, disfunción autonómica, disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, que, predisponen a sufrir un accidente cardiovascular, como un infarto y que el mismo tenga mayor severidad. Estas alteraciones son tan importantes y riesgosas que, varios estudios han demostrado una reducción significativa, del 20 % o mas del riesgo de sufrir un accidente vascular en personas no fumadoras con la implementación de medidas de prohibición de fumar en espacios cerrados.  

Se calcula que el impacto ambiental por el consumo del cigarrillo se refleja en una producción anual de 225 mil toneladas de dióxido de carbono que, sumado al efecto adverso de la deforestación, contribuye significativamente y negativamente al efecto invernadero.

Desecho

Además de lo previamente expuesto, a nivel ambiental, el desecho de las colillas de cigarrillos generan un impacto, significativo pero, poco mensurable del medio ambiente.

El 97 % de los producto de tabaco que se consumen a nivel mundial tienen filtros, Estos filtros están compuestos por acetato de celulosa, material no biodegradable pero si fotodegradable por acción, principalmente de los rayos ultravioletas. Esto hace que dichos filtros, con las sustancias tóxicas que contienen: nicotina, hidrocarburos cancerígenos, metales pesados (arsénico, plomo, cadmio), se desintegren en una enorme cantidad de pequeñas piezas, que, por efecto de las fuerzas naturales contaminan el suelo y los cauces de agua, afectando seriamente a la fauna y la flora y a los seres vivos que la consumen.

Se calcula que un filtro de cigarrillo demora 25 años en degradarse y que, una colilla de cigarrillo contamina, seriamente dos litros de agua.
Para dar una idea del impacto ambiental, un informe de la ONG Ocean Conservancy de 25 años de campaña (Internacional Coastal Cleanup), revela que se han recogido 65.3 millones de kilos de desechos a lo largo de 468319 Km de playas de los cuales el 32 % correspondían a desechos de colillas de cigarrillos, seguidas por un 9% por envoltorios de comida, tapas 8 %, utensilios y vasos 6 % entre otros. Siendo las colillas de cigarrillos el principal y mas tóxico desecho recogido.

Se estima que cada año se desechan en el mundo alrededor de 5 billones de colillas de cigarrillos,

Considerando nuestra ciudad, San Carlos de Bariloche y que un 30 % de la población adulta fuma, aproximadamente, habrá 30000 fumadores. A un promedio bajo de 10 cigarrillos diarios, 300000 colillas de cigarrillos son desechadas por dia 9 millones mensuales, millones de litros de agua mensuales significativamente contaminados, lo cual, debe llamarnos, seriamente a la reflexión.

Por todo lo expuesto, los ciudadanos y las autoridades debemos comprometernos en elaborar campañas enérgicas de concientización antitabaco. Desalentar el consumo, hacer cumplir las leyes antitabaco que, prohiben su consumo en lugares públicos y laborales. Extender el alcance de las leyes y hacerlas cumplir en espacios abiertos, espectáculos públicos, estadios, etc. Generar las condiciones para proteger a las familias en sus lugares de residencia: hogares, edificios de propiedad horizontal. Dotar a las autoridades de aplicación de las leyes antitabaco de los medios idóneos y necesarios a fin de cuantificar objetivamente el nivel de contaminación ambiental por tabaco, a fin de facilitar a los ciudadanos de elementos objetivos ante la necesidad de realizar un reclamo por via legal. Generar el interés de nuestras autoridades para elaborar normas y ordenanzas que regulen el desecho y eventual reciclado seguro de las colillas de cigarrillos, que, desaprensivamente arrojan a la via pública los fumadores.

Debemos tener en cuenta que no existe ningún nivel seguro de exposición al humo del tabaco, una breve exposición al mismo nos expone al riesgo de padecer serios problemas de salud y, reconocer además que, aunque ignorado y poco reconocido, una de las principales víctimas del tabaquismo es el medio ambiente.

 

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