jueves 18 de abril de 2024

Fósiles debajo de nuestras casas

Los restos paleontológicos o arqueológicos no siempre se encuentran debido a excavaciones científicas. Muchas veces, al remover los suelos para construir, hubo hallazgos increíbles como sucede actualmente en la calle Mitre.

domingo 26 de junio de 2016
Fósiles debajo de nuestras casas

Hoy podemos sorprendemos con grandes descubrimientos fósiles que realizan los paleontólogos en el campo. Gigantescos fósiles de dinosaurios requieren de la movilización de decenas de investigadores, técnicos y colaboradores para extraer los materiales de las rocas, en lugares que muchas veces son casi inaccesibles. Impresionantes historias de búsqueda con largas caminatas, viajes a caballo o a campo traviesa con vehículos 4x4 en lugares inhóspitos de la Patagonia ilusionan a más de una persona con poder participar de una experiencia así. La mayoría de las veces la realidad supera la ficción de los documentales y en ocasiones resulta bastante complicada la logística; y las relaciones humanas en ambientes en climas bastante hostiles (desfavorables) se potencian.

No siempre las condiciones de trabajo son tan extremas para los paleontólogos. La mayoría de las veces los fósiles son hallados por los lugareños de la región. Andando a caballo por la estepa o las montañas, por lugares poco frecuentados, es común hallar restos fósiles de la vida pasada. Saber interpretar el valor científico es una tarea que requiere un poco más de trabajo y conocimiento que el de su rescate en el campo. Muchas veces esos restos no salen a la luz porque el descubrimiento no llega a las personas e instituciones que deben responder a ese nuevo hallazgo.

Grandes descubrimientos ocurren con el movimiento de materiales al realizar grandes obras como represas, puentes y caminos. Las leyes provinciales y nacionales resguardan el patrimonio paleontológico y arqueológico como bien cultural y científico de todos los argentinos. Las leyes obligan a las empresas a dar aviso cuando se realizan estos hallazgos, y la autoridad competente (en el caso de Río Negro la Secretaría de Cultura de la Provincia) debe dar una respuesta rápida a ese aviso, intentando no alterar los tiempos y el trabajo de la importante obra. Un ejemplo regional ha sido el caso de un mega-mamífero casi completo hallado en el medio de la traza de la nueva Ruta Nacional 23 en la localidad de Comallo. Dándose el aviso a las autoridades competentes, el municipio, la empresa constructora y el Museo Paleontológico de Bariloche con paleontólogos del INIBIOMA trabajaron para rescatar el importante hallazgo, el cual hoy se encuentra siendo estudiado por los investigadores.

¿Todos los fósiles se encuentran de esa forma?

Pues no. Hay fósiles por debajo de nuestras casas también. Uno de los casos más espectaculares de la región corresponde al famoso Kelenken, el "Ave del Terror". Un ave carnívora gigantesca y corredora de 2 metros de altura que vivió hace 15 millones de años y que fue hallada en las rocas de un patio de una casa en Comallo. Esta localidad de la línea Sur de Río Negro se halla emplazada directamente arriba de un extraordinario yacimiento fósil.

Las rocas que rodean Comallo, hasta por debajo de sus casas, corresponden a una formación rocosa de 15 millones de años denominada Collón Curá. Esta formación está compuesta mayormente de ceniza volcánica de viejos volcanes que en aquella época se encontraban activos en la región. La caída de esta ceniza volcánica ha sepultado los cuerpos de la biota que vivió en ese tiempo y en esa región de Patagonia. Sorprendentemente la vida era tan diversa y rica que sus fósiles son muy llamativos por ser tan diferentes a la actualidad. De allí se conocen gigantes mamíferos similares a los actuales hipopótamos de África, conocidos como Toxodóntidos y Astrapoterios; altísimos animales similares a guanacos denominados Macrauquenias; pequeños, y no tanto, animales similares a carpinchos del grupo de los Nothoungulados y hasta uno de los primeros roedores y monos de América del Sur. Cada vez que se hace una gran perforación en la ciudad, es posible realizar un impactante hallazgo.

El caso de Comallo no es el único en Argentina. En la Patagonia hay muchas ciudades emplazadas sobre yacimientos fósiles, por ejemplo Zapala, Neuquén, El Chocón, General Roca, Sarmiento, Comodoro Rivadavia, Las Heras, Tres Lagos. En el 2003, en el Valle de San Patricio del Chañar (a 50 kilómetros de la ciudad de Neuquén) se encontraban realizando una excavación para una bodega de vinos y hallaron los restos de un gran dinosaurio Titanosaurido de 12 metros de largo. La provincia de Neuquén autorizó a la empresa a dejar algunos de los huesos en un museo de sitio (en posición de hallazgo), que hoy se puede visitar en conjunto con la bodega.

Realizando la playa de estacionamiento de la propia Universidad del Comahue en la ciudad de Neuquén en el 2014, las palas niveladoras de la empresa constructora, hallaron una nidada fósil de aves del Cretácico con más de un centenar de huevos en su posición de incubación. Estos huevos fueron hallados junto con huesos de diversos pájaros y permitieron saber cómo era la ecología de las aves que convivieron con los dinosaurios.

En 1995 en pleno centro de la ciudad de Córdoba, así como en la ciudad de Álvarez (Santa Fé) en el 2014 y el año pasado en Ezeiza (Buenos Aires) se realizaron hallazgos de gigantes armadillos con sus caparazones completos en ocasiones de trabajos con palas mecánicas para la construcción de viviendas en barrios céntricos. Al parecer, los gliptodontes pastaban en las pampas de hace 15.000 años, como hoy lo hacen las vacas. No todos eran iguales y si bien el hombre primitivo en Sudamérica logró conocerlos, nosotros solo lo hacemos a través de sus diversos fósiles.

Y en Bariloche, ¿tenemos fósiles debajo de nuestras casas?

En el 2012 una empresa realizó una remoción importante de material en el kilómetro uno de la Avenida Bustillo. Las rocas duras del basamento que perforaron corresponden a la Formación Ñirihuau, de 20 millones de años. La pala retroexcavadora se vio frenada por la dureza de un gran tronco petrificado de un metro de diámetro. Paleontólogos del INIBIOMA y del Museo Paleontológico Bariloche acudieron con los inspectores de obra de la Municipalidad de Bariloche. El colosal tallo correspondía a uno de los árboles fósiles más grandes conocidos para la comarca y se decidió realizar su rescate. La empresa aportó sus poderosas máquinas y descubrieron los cinco metros del fósil debajo de las duras rocas, y hoy puede ser visitado en el Museo Paleontológico Bariloche. El estudio de este gigante del tiempo demostró que se vincula con la familia de los actuales "Coihues" (Nothofagus) que forman los grandes bosques de la comarca. De esta forma hoy sabemos que a pesar de los avatares de las glaciaciones que cubrieron completamente la ciudad con potentes masas de hielo de más de 200 metros de espesor, este grupo de plantas existen en la región hace más de 20 millones de años. 

Por estos días (y meses), la Municipalidad de Bariloche se encuentra embelleciendo la calle Mitre con una importante obra que remueve gran parte del subsuelo de la ciudad. Independientemente de cómo se han realizado los estudios previos para tan ostentosa obra, el hecho de estar removiendo estos sedimentos tan antiguos atrajo la atención de varios investigadores locales. Bariloche hoy es uno de los centros de investigación más importantes en Patagonia y se encuentra dotado de especialistas en numerosas ramas de la ciencia. Un grupo de arqueólogos del Museo de la Patagonia (Parques Nacionales) y del Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio (IIDIPCA-CONICET), paleontólogos del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA), e investigadores del Centro Atómico Bariloche se unieron con el municipio a través de la Subsecretaría de Medio Ambiente para rescatar información de que ayuden a reconstruir la historia debajo de la ciudad de San Carlos de Bariloche.

Hasta el momento, en el centro de la ciudad, no se han hallado rocas tan viejas como para contener fósiles de la biota primitiva, pero los sedimentos que se socavan llegan a los centenares y miles de años atrás. Cada mediodía, mientras los obreros de la calle Mitre almuerzan, el grupo de investigadores revisa las excavaciones buscando los fragmentos de la historia. Hasta el momento se han hallado interesantes datos del Bariloche del 1900. Se halló un puente realizado con una fila de barriles de madera y un sistema de tablones, que permitía sortear los canales de un mallín (pantano) que se encontraba en pleno centro de aquel pueblo. También se hallaron los palenques que se usaban  en cada esquina para atar los caballos. Los científicos siguen trabajando y esperan poder analizar muestras de los suelos antiguos para obtener datos de los cambios climáticos en la ciudad en escala de cientos de años.

 

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