viernes 29 de marzo de 2024

Owen Crippa, “El Barón  Solitario de los  cielos”,  estará  en Bariloche

Una buena oportunidad para escuchar a un testigo privilegiado de la historia argentina.

domingo 05 de junio de 2016
El mismísimo 4-A-115, Aermachi MB-339 que utilizó Owen en el ataque.

El   piloto   naval   y   héroe   de   Malvinas,   Owen   Guillermo   Crippa,   visitará   nuestra ciudad y realizará una serie de actividades comunitarias los días 6, 7 y 8 de junio próximo. Esta visita está organizada por un grupo de veteranos de guerra de la ciudad (veteranos  del Teatro  de   Operaciones   Malvinas)  y   por   quien   firma   esta nota.

El día lunes 6, a las 11.00 horas, dará una charla abierta a la comunidad educativa del Centro de Educación Media N° 44, en Elordi y 2 de Agosto. El martes 7, a las18.00   horas,   brindará   una   charla-  debate   en   el   aula   magna   de   la   universidad Fasta, en Avenida de los Pioneros 38. Finalmente, el día miércoles 8 a las 11.00hs en el gimnasio de la Escuela 343 del Barrio Unión, Crippa será el encargado de inaugurar el predio deportivo lindante a la institución, propiedad del Club Unión. El terreno   llevará   el   nombre   de   Crucero   General   Belgrano,   en   homenaje   a   las víctimas del navío hundido durante la guerra. Crippa,  quien  actualmente   reside   en  la   localidad  de   Sunchales,   Santa   Fe,   fue distinguido  con   la  más   alta   condecoración   que   otorga  el   país:   La   Cruz  de   la Nación Argentina  al  Heroico  Valor en  Combate  por su  actuación durante   el conflicto   del   Atlántico   Sur.   Esta   visita   es   una   oportunidad   única   para   quienes deseamos   escuchar   a   un   testigo   privilegiado  de  la   historia  argentina  reciente, dilucidar   dudas,   debatir   sobre   los   efectos   actuales   de   las   diversas   políticas externas de los gobiernos nacionales y sus efectos, como así también reforzar el reclamo pacífico y democrático - en el marco de política de descolonizaciones y hermandad latinoamericana- por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. El concepto central de autodenominarse VGM (Veterano de Guerra de Malvinas) y no “ex combatientes” tiene un sentido que Owen nos recuerda: La causa por la soberanía y la lucha contra los intereses coloniales está más vigente que nunca. Desde   muchos   sectores   políticos   se   ha   intentado   llevar   a   cabo   una   desmalvinización destinada a olvidar tanto a los caídos como a los que regresaron, ya abandonar los reclamos anticoloniales. 

Crippa analiza críticamente la dirección militar de la guerra y no ha dudado decalificar como ineptos a quienes la condujeron: “No había plan de guerra, muchosde nuestros superiores ni siquiera creían en esa posibilidad. Se había planificado el desembarco y recuperación pero nada más”, y coincide en este punto con una conocida conclusión del informe Rattenbach: Gran Bretaña inició la recuperación antes de que Argentina hubiera previsto cómo defender las islas. Aquel 21 de Mayo: Para   mediados   de   Mayo  de   1982,   las   pistas   aéreas   de   Malvinas   habían   sido alcanzadas   por   los   bombardeos   británicos.   Un   paisaje   desolador   de   cráteres, escombros   y   aviones   averiados   sobre   planchas   de   aluminio-   originariamente destinadas a armar una pista- que evitaban que las naves se entierren en la densa turba. Además, pocos aviones estaban disponibles para despegar de inmediato. Mientras   tanto,   en   inmediaciones   del   estrecho   San   Carlos,   el   teniente   Carlos Daniel Esteban- quien con sus 115 hombres frenó durante varias horas el avance de más de 5000 ingleses. Esteban había transmitido la novedad,  pero su informe no fue considerado en su magnitud por los mandos en Puerto Argentino. Crippa recibe la orden de realizar un reconocimiento de la zona aunque los altos mandos descreían de la posibilidad de un real enfrentamiento con las fuerzas inglesas, a tal punto que no le autorizaron llevar bombas para un enfrentamiento con buques y solamente cargó con cohetes y cañones, para repeler ataques de helicópteros. La acción heroica empezó, como otras tantas a lo largo de la historia, de una desobediencia:   contrariando   las   reglas,   el   aviador   partió   solo,   en   su   pequeña Aermacchi de entrenamiento: “salí enojado porque no me dejaron portar bombas. Trepé al único aparato en servicio, probé sistemas y despegue. Dejé atrás Puerto Argentino, volé rasante Monte Kent y en cercanías a Rincón del Zaino divisé los primeros   indicios   de   combate:   helicópteros   ardiendo   e   infantería   buscando refugio”.   Cuando   planificó   la   misión,   Crippa   había   tomado   como   punto   de referencia el valle del río San Carlos, pero al acercarse allí se encontró con una espesa capa de niebla que, con el efecto de los rayos del sol, provocaba una serie de reflejos que no le permitían una buena visión, por lo que decidió cambiar la dirección de ataque: en vez de entrar al puerto San Carlos por el sur, lo haría por el norte, con el sol lo más atrás posible. No encontró ningún barco en mar abierto, giró y se pegó a la costa, volando a 500 pies de altura y una velocidad de 500 km por   hora,   cuando   estaba   en   cercanías   de  la   boca   norte   del   Estrecho   de   San Carlos, apareció la silueta inequívoca de una fragata. Inmediatamente, otras dos fragatas recostadas en las proximidades del Monte Rosalía, en la Gran Malvinas.

A   los   pocos   segundos,   se   encuentra   con   un   helicóptero   británico   que   se encontraba   de   reconocimiento,   suspendido   en   el   aire.   En   momentos   que   sedisponía a atacar, Crippa divisa otro buque y en escasas fracciones de segundo decide ir por la presa mayor. Hizo los disparos y levantó la trompa de su avión ante la proximidad de la nave, a lo que cruzó por la popa para volver a pegarse al agua   y   comenzar   las   maniobras   bruscas   de   zigzagueo.   En   ese   momento comenzaron a tirarle con cañones desde un transporte de asalto tipo Fearless, que estaba   a   su   izquierda.  Al   mirar   hacia   ese   buque,   vio   el   fogonazo   y   el   humo característicos que se produce cuando se dispara un misil y de inmediato la estela brillante que iba dejando el proyectil a medida que se aproximaba al avión. Para impedir que le tiraran, recurrió a un arriesgado procedimiento, que consistía en meterse entre medio de los buques, que de este modo dejarían de tirar ante el peligro de impactarse entre ellos. “No fue un acto de valentía, acota, fue un acto de supervivencia, meterme entre toda la flota tuvo como propósito evitar que me cazaran  como   una   paloma”,   afirma   Crippa.  En   efecto,   los   ingleses  cesaron   el fuego momentáneamente, pero lo reiniciaron una vez que su avión había pasado, tratando de impactarlo mientras se alejaba. Se había metido en la boca del lobo. Volando a plena potencia y esquivando como podía, tanto a los buques como a las esquirlas, que se iban formando a su alrededor, enfiló hacia Punta Federal, con la esperanza de alejarse de las unidades inglesas. Pero se equivocó: al "saltar" un cerro, en lugar de esconderse se encontró de golpe con más barcos, ubicados a su   derecha,   próximos   a   la   Bahía   Ruiz   Puente.   Repuesto   de   la   sorpresa   giró bordeando un cerro, en momentos en que  las naves comenzaron a tirarle con artillería. Al pasar el cerro se planchó sobre el piso de un amplio valle que está antes de llegar a Puerto Sussex. En ese instante, un pensamiento se cursó por su mente, influido por la desconfianza que le despertaba quienes estaban al mando de la guerra: "Si voy a Puerto Argentino y digo que hay muchos buques, me van a decir que está bien, que habrá cuatro o cinco. Pero cuantos en realidad ¿cuántos había? Así que volví para hacer un croquis de la ubicación de todas las unidades navales en mi anotador de rodilla, volando a cierta distancia de la flota. Luego tuve que  sortear   la  posibilidad  de  ser derribado  por  artillería  propia  como  ya   había sucedido, así que volé rasante en todo el regreso”. Crippa sale nuevamente al mary logra contacto con el radar para ser guiado y poder retornar. “Me alegró volver. Al revisar el avión no pude creer que no hubiera recibido un solo impacto. Estaba en perfectas  condiciones. Pedí  que  lo  recargaran  lo  cual  no  fue  posible   pues   las herramientas habían sido destruidas en un ataque inglés. Según mi estimación, había   12   buques   ingleses   entre   fragatas,   destructores   y   naves   de   apoyo. Inmediatamente de pasado mi informe comenzaron a producirse las oleadas de A4Q, Miragge y Dagger desde el continente”, comenzando así el período más negro de las Task Force desde la segunda guerra mundial.

Te puede interesar
Últimas noticias