Cómo funcionará la Comisaría de la Mujer

El edificio del Centro Administrativo de Bariloche (CAB) ya se encuentra en etapa de adaptación para la esperada Comisaría de la Mujer. Las dos últimas oficinas del primer pasillo fueron destinadas a esta nueva área policial que se encargará de recibir las denuncias y casos de violencia de género y familiar.

Como titular del área fue designada Marisol García, una policía barilochense que hasta hace pocos días trabajaba en la Unidad 27 de Melipal, aunque también estuvo al frente del Penal III. La mujer recibió a ANB y comentó cómo funcionará la nueva dependencia.

Si bien el CAB tiene un horario determinado, la Comisaría permanecerá abierta las 24 horas, con guardias mínimas durante la noche ya que “la violencia de género no tiene horarios”, consideró la mujer.  Un equipo interdisciplinario será el encargado de llevar adelante los trabajos y estará compuesto por psicólogos, médicos, abogados y asistentes sociales.  “Nos enfrentamos a un desafío y tenemos que estar preparados”, manifestó.

Las denuncias que se realicen en la Comisaría serán elevadas luego a la institución necesaria: juzgado, fiscalía, Unidad Ejecutora Local. Si bien aún no tienen una fecha precisa de inauguración, García hace hincapié en la necesidad de estar  correctamente “capacitadas” para tratar con el flagelo social que en los últimos meses terminó con la vida de tres mujeres barilochenses.

“Las víctimas de violencia de género necesitan ser contenidas”, consideró. La modalidad de atención determina que quien reciba la denuncia será la persona que continuará el seguimiento del caso. “Queremos evitar que la mujer esté continuamente relatando su problema ya que de esta manera vuelve a sufrirlo”, aclaró la mujer.

García remarcó además la necesidad de trabajar de manera conjunta ya que “hay cosas para mejorar” como por ejemplo “la asistencia primaria, hogares, apoyo económico para las víctimas”, apuntó García.

“Bariloche está muy vulnerable”, remarcó la comisario en alusión a los femicidios de Ruth Sagaut, Micaela Bravo y Natalia Báez y atribuyó esta situación a un “problema social y cultural, y para erradicarlo, tenemos que trabajar mucho”.

El proyecto de las oficiales que trabajan en la Comisaría de la Familia además consta de estar vestidas “de civil”, es decir, no tener un uniforme policial, para evitar “la diferencia” con las mujeres que realicen denuncias.

“Conozco Bariloche, soy de acá, y conozco su problemática. Quiero trabajar por las víctimas de la violencia de género”, finalizó la mujer.  (ANB)