jueves 2 de mayo de 2024

Un proyecto alimentario de la Línea Sur, premiado en Estados Unidos

La erupción del volcán Puyehue afectó la producción ganadera de pequeños productores y de allí surgió la iniciativa de repoblamiento animal que fue galardonada por la organización internacional Fonagro.

martes 12 de abril de 2016
Foto: Página web Desarrollo Social.

Una de las zonas más perjudicadas con la caída de cenizas luego de la erupción del volcán Puyehue fue la Línea Sur. Los animales se murieron por inanición, falta de alimentos o de agua y las más afectadas fueron las familias productoras que vivían de la venta de la carne o la lana que obtenían.  Por esto, surgió un proyecto en conjunto entre la Subsecretaría de Agricultura Familiar, el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Trabajo y el Inta para repoblar la zona con chivas y de esta manera contribuir a la soberanía alimentaria de la zona. 

La iniciativa fue premiada por el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro) y en mayo viajarán a Estados Unidos representantes del proyecto para recibir el premio de 15 mil dólares que será utilizado para "fortalecer el trabajo en conjunto", según informaron desde Desarrollo Social.

El proyecto “Seguridad alimentaria en productores familiares de la Patagonia argentina: uso de recursos genéticos locales y adaptación al cambio climático” consistió en reintroducir en la Línea Sur de Río Negro, cabras criollas traídas de Neuquén, reconocidas por sobrevivir en condiciones extremas y por su gran capacidad de apareamiento. Esto tuvo como principal objetivo, contribuir a la dieta de los habitantes de la región, que se alimentan de los animales que ellos mismos crían, según informó a ANB el articulador del Centro de Referencias de Desarrollo Social de Nación, Gastón Rodríguez.

En el marco del proyecto, hace tres años se entregaron 30 cabras criollas a cada familia productora (29 hembras y 1 macho). Los animales cumplieron con las expectativas y se comprobó que la reproducción fue un 110 por ciento más alta que antes de la erupción del volcán Puyehue.

“El proceso previo a la entrega incluyó un análisis de cada familia para saber si tenían las condiciones aptas para mantener a las chivas”, señaló Rodríguez. En Jacobacci fueron seleccionados 30 productores, y en Comallo un número similar.

El proyecto fue ideado por Pablo Losardo, de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, y luego se contó con la colaboración de investigadores del Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y del Ministerio de Trabajo y con el financiamiento de Desarrollo Social. A su vez, todos los organismos trabajaron en conjunto con la Cooperativa Ganadera Indígena.

En el comunicado difundido por el Ministerio de Desarrollo Social, Ana María Cumilaf, integrante de la mesa ejecutora del proyecto, afirmó que “con las cabras criollas neuquinas volvió la esperanza. Tras la sequía y la caída de cenizas volcánicas, los jóvenes habían empezado a emigrar. Hoy se los ve contentos, hasta les construyen cobertizos. No sólo tienen carne para comer sino que venden chivitos en Bariloche y con eso compran otros alimentos”.

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