viernes 26 de abril de 2024

Despidos en el Don Bosco: “Se respiraba tensión”

El colegio decidió en diciembre prescindir de los servicios de la preceptora María Mercedes Mollo. Le comunicaron la decisión sin darle explicaciones. “Siento una gran tristeza e impotencia”, afirmó.

jueves 10 de marzo de 2016
En los últimos tres meses despidieron a más de diez trabajadores.
Foto: gentileza.
Foto: gentileza.

“Tomé mis cosas y salí del colegio, con un profundo dolor. Caminé tratando de entender lo que había sucedido. Se me iban secando las lágrimas con el viento que me pegaba en la cara y yo sin poder reaccionar, preguntándome ¿por qué?”.

Las palabras pertenecen a María Mercedes Mollo, quien debió dejar sus funciones en el colegio Don Bosco tras desempeñarse como preceptora durante más de cuatro años. La mujer relató la compleja situación que atravesó junto a más de diez trabajadores que, al igual que ella, fueron despedidos en los últimos tres meses, hecho que denunció días atrás el gremio docente Unter.

“Unos meses antes había comenzado a correr el rumor, (alguna vez leí que los rumores casi siempre encierran algo de verdad), lo que llamamos ‘radio pasillo’, que iban a echar a algunos compañeros. También comenzó a cambiar el clima en la escuela. Se respiraba tensión y algo de malestar, lejos de un ambiente y carisma salesiano. Comencé a estar atenta a lo que se decía y a preguntar si esto era así, o eran sólo rumores, a lo que el jefe de tutores me respondió ‘todos estamos siendo evaluados’”, contó Mollo, quien ingresó a trabajar al Don Bosco como preceptora en octubre de 2011, en carácter de suplente.

“Continué en el cargo hasta el 21 diciembre de 2015, cuando me informaron que se había terminado mi suplencia, sin entender, sin comprender y sin ninguna explicación ni motivo”, señaló.

Mollo contó que luego de los rumores de posibles despidos, continuó haciendo su trabajo “como hasta el momento, pero sintiendo que algo podía suceder”. Indicó que ante esa situación, le reiteró su consulta vía mail al jefe de preceptores.

“Le pedí que consideraran la situación personal de cada uno ya que para muchos compañeros este trabajo era su única fuente de ingresos, y que si iba a haber despidos consideraran que muchos tenían hijos recién nacidos y eran sostén de familia. No me contestó. Me comentó en la galería del colegio al pasar, que ‘bueno…tenés razón…pero yo no sé nada’. No le creí”, expresó.

“Suelo confiar en la gente y en mis compañeros, a algunos conocía y a otros los conocí allí y nunca me sale pensar mal, pero evidentemente cuando hay que cuidarse ahí aparece el ‘sálvese quien pueda’ y ‘los demás que importan’”, reflexionó.

“Y a los pocos días nos fueron llamando de a uno para comunicarnos la decisión. Al sentir el dolor y la impotencia de algo que se siente tan injusto no puedo dejar de compadecer a todas las personas que pierden sus trabajos”, aseguró la preceptora.

“Según dicen trabajaba bien, cumplía con mi tarea como tutora y mi desempeño en la escuela era bueno. Trabajé con gran responsabilidad desde mi rol, el que comprendía un aspecto administrativo (registros, notas, asistencia, etc.) y un aspecto que se refiere al vínculo que podamos lograr con cada uno de los chicos y con las familias. Este rol siempre fue subestimado y muy poco valorado, pero los que lo desempeñamos estamos en el medio de la trama de relaciones institucionales entre equipo directivo, docentes, padres y alumnos, de alguna manera somos el nexo en esa trama de relaciones”, sostuvo.

Mollo confió que “siempre intenté ‘empoderar’ este rol ya que es sumamente necesario y fundamental en el proceso de desarrollo y aprendizaje de los chicos dentro de la institución, es decir, no somos los docentes que están a cargo de una asignatura, tampoco somos amigos, pero si trabajamos en ese vínculo, que se basa en la confianza, el respecto y el acompañamiento, muchas veces confían en nosotros más que en sus propias familias, lo cual está dentro de lo esperable ya que por las características que tiene esta etapa ‘adolescente’, ellos buscan separarse para desarrollarse como personas autónomas, independientes, es decir: crecer”.

En tanto, aclaró que “yo no hacía militancia en la escuela, si bien tengo mis ideas, y las defiendo, pero siempre a través del diálogo y el respeto”.

“Algunos dicen que en la escuela no se debe hacer política, pero no saben que con cada cosa que decimos y cada acción que realizamos, lo estamos haciendo, sea en el ámbito que sea”, remarcó.

Unter denunció días atrás que en el Don Bosco despidieron a más de diez trabajadores en los últimos tres meses, entre docentes y preceptores. Desde el sindicato resaltaron oportunamente que esta situación responde a una “limpieza ideológica” y no a una reestructuración del plantel de empleados.

Tras la publicación de ANB de la noticia con lo esgrimido por el gremio, desde el establecimiento educativo salieron a responder. Las Damas Salesianas, asociación a cargo de la institución, aclaró que la reestructuración de sus equipos no está vinculada a intereses ideológicos y sobre la falta de pago de las indemnizaciones pertinentes, informó que este lunes se llevó a cabo una audiencia conciliatoria con los empleados para avanzar en un acuerdo. (ANB)

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