jueves 28 de marzo de 2024

"Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas"

El aumento del precio de la carne. Demanda y oferta. El rol del gobierno y la cadena de valor.

domingo 07 de febrero de 2016
"Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas"

Por Mario Antonio Bevilacqua (*)

La teoría liberal tiene como Dios de Dioses en lugar de Júpiter al Mercado. Esta vieja doctrina se basa en la oferta y la demanda, que funciona muy simple: "si los precios aumentan por presión de la oferta, la demanda disminuye y a la inversa cuando bajan los precios sube la Demanda".
Por supuesto que en toda regla existen excepciones. Puede ocurrir que la demanda se mantenga firme aún cuando la oferta suba o baje los precios. A esa situación se la define en microeconomía como inelasticidad de la demanda. Muy pocos productos en el mundo tienen la característica de ser inelásticos. Por supuesto como argentinos tenemos uno que vale por mil: "La carne bovina"

El consumo de carne en general en Argentina, sumando la vacuna, la aviar, la porcina y también el pescado, es de aproximadamente de 126 kilos anuales por habitante. Si solo consideramos la carne bovina el consumo per cápita en la Argentina (el más alto en el mundo) es de 60 kilogramos por año, casi 1,25 kg por semana por habitante, ¡una barbaridad!, pero es parte de nuestra dieta alimentaria básica, hace a nuestra cultura, es parte de nuestro ser. Por supuesto que los veganos y los vegetarianos no coincidirán con esta frase.

En los últimas semanas se vio exageradamente aumentado su precio (más del 30%), en gran parte por la eliminación de las retenciones que sufría, lo que provocó que su valor en pesos local sea llevado a su cotización en dólares a nivel internacional. En otras palabras el productor quiere obtener en el mercado local el mismo precio que obtiene en el exterior al exportarla. Por otro lado la devaluación que le permite obtener un mejor precio a nivel de exportación, y por la baja de entradas de la hacienda en pie en Liniers generado por las grandes inundaciones en el noreste del país. 

En respuesta a esta situación el Ministro de Agricultura declaró que “nos queda hacer concientización y trabajar sobre el consumidor, si éste se tiene que abstener de consumir, que lo haga”. Además amenazó con que aplicaría la Ley de Defensa de la Competencia con “multas y clausuras".

Por otro lado,el Ministro de economía dijo: "Fui el sábado al supermercado y vi el kilo de asado a $140: ¡es excesivo!”. El funcionario adjudicó la suba a "las rigideces de la cadena de la comercialización que desemboca en los supermercados". Por últimoel presidente de la Sociedad Rural Argentina también habló sobre el tema. “No se debe controlar a los supermercados, el consumidor tiene el poder de convalidar el precio de la carne". Este señor fue más allá y recomendó: "No comer lomo porque a los argentinos no les gusta porque es para enfermos".

Sin lugar a dudas son respuestas pour la galerie, ambos son empresarios ganaderos (Ministro de Agricultura y el Presidente de la Sociedad Rural) con miles de hectáreas en producción. Pedir al consumidor que deje de comprar la carne vacuna porque aumentó en forma desmedida parece a esta altura una burla, ellos saben positivamente que existe una demanda inelástica que hace imposible que el Argentino deje de consumir carne. Aparte es sabido que los productos sustitutivos (follo, ovino, pescado, cerdo, etc.) también aumentan al mismo nivel que la carne. También es de público conocimiento que el gobierno nacional está en contra de todo control del mercado y más aún en su momento votaron negativamente la ley de Defensa de la Competencia, por lo tanto la amenaza en su aplicación no tiene ningún efecto.

¿Cómo debería funcionar un país normal del primer mundo? Todos los recursos que se producen en una nación deberán ser volcados en primer medida a abastecer las necesidades internas de la población y luego, lo que sobra serán considerados saldos exportables utilizables para obtener términos de intercambio justos y equitativos.

El objetivo primario que tienen las retenciones al campo son para cumplir con lo establecido en el párrafo anterior, tratar de desalentar al productor para que deje de exportar todo lo producido, con el fin de aprovisionar en primer término el mercado interno. Si analizamos profundamente los costos que tiene la cadena de valor de la carne nos vamos a dar cuenta que son valores expresados en pesos: Salarios, forraje, fletes, impuestos, etc. por lo tanto no es correcto que el pueblo Argentino pague en valor dólar internacional lo que vale en pesos locales.

Esperemos que algún día alguien se tome la molestia de analizar cómo está compuesta la cadena de valor (cabañeros, criadores, invernadores, matarifes, frigoríficos, cadenas mayoristas y minoristas de consumo doméstico, importadores, etc.). Para analizar cuánto le agrega de margen cada uno al valor final, seguramente nos llevaremos una sorpresa de su estructura. En el mientras tanto solo debemos sucumbir al Dios Mercado en la determinación del precio de la carne y al Dios Júpiter para que nos ayude a soportarlo.

(*) Contador Público.

 

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