viernes 29 de marzo de 2024

El Frutillar, más de 30 años de historia

En los años 80 comenzaron a asentarse las primeras familias. Hoy son alrededor de 7 mil habitantes, lo que lo hace uno de los barrios más grandes de Bariloche.

jueves 04 de febrero de 2016
Foto: Emiliano Rodríguez.

 Más de 35 años atrás muchos sectores de la ciudad se mantenían sin población. Los barrios eran pocos y los habitantes estaban más dispersos. En el Alto de la ciudad, el barrio El Frutillar comenzó a recibir a sus primeras familias allá por 1980, aunque la inauguración oficial ocurrió 5 años después, cuando se conformó la junta vecinal.

Los vecinos de aquella época recuerdan detalles que no se borran fácilmente. “Antes, la nieve cubría todo. Eran inviernos duros”, señaló a ANB una de las primeras habitantes del barrio, Magali Villareal. Al crudo clima se le sumaba no contar con gas, la leña mojada, los altos precios de las garrafas y la falta de transporte público.

Durante los primeros años, las familias eran pocas y estaban desperdigadas por los 4 kilómetros cuadrados que comprenden el barrio. Los colectivos no pasaban por la zona. “Había un transporte que venía del Pilar, pero teníamos que esperarlo en la ruta”, recordó Magali.

Una de las primeras construcciones que tuvo El Frutillar fue la capilla del barrio, que se realizó entre 1982 y 1983. Luego, los propios vecinos, “con esfuerzo propio”, como les gusta recalcar, levantaron la “salita” o centro de salud, en el que hoy se atienden sus más de 7 mil habitantes. El lugar brinda atención en odontología, ginecología, pediatría, médico generalista y psicología.

La junta vecinal, inaugurada el 13 de octubre de 1985, tiene actualmente una comisión de 17 vecinos. Cada dos años se realizan elecciones, y en los próximos meses se desarrollaran las nuevas.

El barrio tiene escuelas también y un centro de abuelos “levantado con las manos de los vecinos”, volvió a remarcar Magali, que haciendo memoria, relató que a fines de los ’80 fue cuando más crecimiento demográfico tuvo el sector. “En los años del gobierno de Chiche Costa llegó mucha gente acá, porque la traían del Ñireco o de otra zona y armaron los barrios 2 de Abril y el Unión”, contó.

Con respecto a los servicios, los vecinos cuentan que “ahora es mucho más fácil todo”. En sus primeros años, como tantos otros barrios de la ciudad, no había agua ni gas, ni recolección de residuos.

Actualmente los problemas que aquejan al barrio son los de la mayoría: inconvenientes con la basura, cloacas, demoras y falta de transporte público, entre otros, pero aseguran que “no estamos mal a pesar de todo”.

La presidenta de la junta vecinal, Betina Fernández, comentó que lo que más complica a los vecinos ahora es la falta de agua. Es que durante el verano, el tanque cisterna que abastece a 8 barrios no alcanza. Actualmente están gestionando la compra de uno nuevo que sea exclusivo del barrio El Frutillar, pero este verano deberán pasarlo como hasta ahora: con días sin agua o con un uso muy restringido.

En cuanto a lo social, los vecinos coinciden en que quizás el flagelo más grande, sobre todo en los jóvenes, es el alcohol. “Veo chicos que vi crecer, lindos chicos, que están arruinados por tomar tanto”, dijo Magalí con pesar. Lamentablemente, no es un problema único de El Frutillar, sino que es un mal que afecta a la sociedad en su conjunto.

Los vecinos del barrio son muchos, pero la solidaridad sigue siendo lo que mueve a las familias sin importar si son conocidos o no. Luego del encendido del pino del barrio Malvinas, miembros de la junta vecinal dialogaron con los bomberos voluntarios que estaban en el lugar y conocieron una realidad a la que muchos están ajenos: el personal que trabaja a destajo por la comunidad, muchas veces no tiene  comida de ningún tipo en los cuarteles. De aquí surgió una iniciativa en conjunto con las juntas de los barrios 2 de Abril y Unión: un festival solidario.

Así, el 13 de febrero a partir de las 14, realizarán en la plaza del barrio un evento artístico con música, teatro, baile y feria para toda la familia. El objetivo es que cada persona que asista, colabore con un alimento no perecedero. “Todo lo que juntemos se lo llevaremos a los chicos del cuartel del 2 de Abril”, sostuvo Fernández. Cualquier persona que esté interesada en colaborar, puede comunicarse al 154 635728.

Con el paso de los años, El Frutillar se convirtió en el más populoso de los barrios que componen la Pampa de Huenuleo. Con sus problemas y sus virtudes, también es uno de los más conocidos de la ciudad. (ANB)

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