200 días sin saber nada del Maratonga

Seis meses de incertidumbre, desesperación y angustia. La última comunicación que tuvieron los tripulantes del velero Maratonga con sus familiares data del 26 de julio. Desde entonces, nada se sabe de ellos y sus familias esperan cada día, una novedad.

El ingeniero naval Raúl Enriquez, su hijo Pablo y el escribano Raúl Echevarría comenzaron una travesía el pasado 13 de julio en Costa Rica, a bordo del barco Maratonga. La intención era cruzar el Atlántico y arribar a las islas Azores en unos 40 días. Aún no existe información alguna sobre su ubicación.

Nélida Mihailov, esposa y madre de dos de los tripulantes desaparecidos, acudió a los medios en octubre, cuando la desesperación colmó su paciencia. En ese momento difundió lo que había ocurrido con la esperanza de tener alguna respuesta por parte de los organismos gubernamentales.

De manera paralela, también creó una página de Facebook llamado Maratonga missing desaparecido, en la que comparte de manera periódica la situación en la que se encuentran sus familiares.

Poco después de la difusión, Cancillería emitió un alerta de búsqueda, pero estuvo activa sólo algunos días debido a la falta de datos sobre la embarcación.

Los propios familiares de los tres desaparecidos se contactaron con páginas de internet a través de las cuales se comunican los navegantes de todo el mundo, pero el resultado fue infructuoso. “Mandamos mensajes a más de mil barcos, y nunca nadie nos dio un dato sobre ellos”, contó Mihailov.

La desesperación de la mujer radica también en saber que el velero Maratonga estaba preparado con “mucha agua, mucha comida y un equipo de comunicación excelente para contactarse con cualquier país”, y aun así, no hay noticias de ellos.

La posibilidad que barajan actualmente es, según Mihailov, que algún carguero los haya llevado por delante y esto es lo que más temor le causa. “Había un barco que navegaba por la zona donde perdieron comunicación, justo en esa fecha. Les escribimos pero nunca nos respondieron”, sostuvo.

Sobre el respaldo institucional, Mihailov aseguró que “no queremos tirarnos contra nadie, pero nos mintieron mucho”, señaló acongojada. “Si no hubiera sido por que se hizo pública la situación, nadie hacía nada”, agregó.

A pesar de los seis meses que pasaron en la incertidumbre total, Mihailov y la familia de Echevarría mantienen la esperanza. “En estos días apareció un catamarán que había desaparecido hacía mucho tiempo, eso nos da un rayo de expectativa”, finalizaron. (ANB)