sábado 20 de abril de 2024

El nene que nació en la calle podría ser ahijado de la Presidenta

Por ser el séptimo hijo varón de Soledad Valderas, Dylan Samuel podría acceder al madrinazgo presidencial. El vínculo se origina en la creencia de que el niño se convertirá en hombre lobo y por eso, necesita de una protección oficial.

jueves 08 de octubre de 2015
Soledad Valderas dio a luz en la calle a su séptimo hijo varón.
Foto: Emiliano Rodríguez.
Foto: Emiliano Rodríguez.

Dylan Samuel, el bebé que nació anoche en el puesto policial de Pasaje Gutiérrez y la avenida Juan Herman, es el séptimo hijo varón consecutivo de Soledad Valderas. Esa circunstancia lo convierte, si sus padres los solicitan, en ahijado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El nene no tiene ni un día y ya posee una historia digna de cuento. En principio, llegó al mundo en el asiento del acompañante de un auto Fiat Duna. Cinco policías de la Comisaría 28 ayudaron a su mamá a dar a luz y si bien quedó internado en el hospital zonal Ramón Carrillo con signos de hipotermia, pesó 2,200 kilogramos y se encuentra en buen estado salud.

Además de semejante nacimiento, Dylan Samuel tiene todas la de la ley para ser ahijado de la presidenta de la Nación debido a que es el séptimo hijo varón consecutivo de Soledad. En diálogo con ANB, la mamá aseguró desconocer ese posible vínculo, pero sin dudas lo pensará.

LA HISTORIA DEL PADRINAZGO PRESIDENCIAL

La tradición proviene de la Rusia zarista, donde se creía que el séptimo hijo varón se convertía en hombre lobo y la séptima hija mujer, en bruja. Para evitar que los nenes fueran abandonados por sus familias, se otorgaba el padrinazgo imperial como una forma de protección contra esos maleficios. 

En Argentina, la modalidad se afincó en 1907, cuando los inmigrantes rusos Enrique Brost y Apolonia Holmann dieron a luz a su séptimo hijo varón, José Brost, y, tras enviarle una carta, el por entonces presidente José Figueroa Alcorta lo apadrinó.

Institucionalmente, se estableció con el decreto 848/73 durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, que otorgaba como obsequio una “medalla de oro recordatoria”. Un año más tarde, bajo la gestión de María Estela Martínez de Perón, se ratificó con la ley 20.843 y se dispuso que el beneficiario “tendrá derecho a que el Estado nacional le asegure la realización gratuita de los estudios de nivel primario, secundario, universitario o especial que curse en establecimientos educativos oficiales”.

La norma fue modificada en 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a través del decreto 1416, que dio lugar a que “los aspirantes a recibir el Padrinazgo/Madrinazgo Presidencial tendrán derecho al beneficio, aun cuando el bautismo religioso no fuere el católico”, dando así la posibilidad de que puedan acceder aquellos que profesen otros credos.

Actualmente, el madrinazgo presidencial consta de un bautismo o ceremonia con la presencia de un representante de la mandataria, quien entrega una medalla recordatoria (ya no de oro) y un kit de regalos.(ANB)

 

 

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