miércoles 24 de abril de 2024

Cumpleaños de la Sedronar: "Un año de un nuevo camino"

El director de la Casa Educativa Terapéutica destaca en esta nota los frutos del trabajo que la Secretaría llevó adelante durante su primer año en Bariloche. "Podemos llegar a una sociedad que sea comunidad, donde no sobre nadie, ni falte nadie", aseguró.

lunes 05 de octubre de 2015
Los chicos del programa PAIS ampliando la casa de uno de sus compañeros.
Foto: Sedronar Bariloche.
Foto: Sedronar Bariloche.

Por Fernando Fernández Herrero*

En pocos días se cumplirá un año desde que se inició desde la Sedronar una nueva etapa en Bariloche. La Secretaría fundada por Menem, e históricamente sentida por los ciudadanos como un lugar oscuro y de dudosa legalidad, decidió transformarse por decisión de la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) y de la mano del cura Juan Carlos Molina en todo lo contrario, un lugar luminoso, joven, trasparente, desordenado, ruidoso; y de esa forma poder ser apropiada por los pibes de los barrios del país, esos que casi no entraban, no sólo en las cuentas de la sociedad incluida como algo “útil” o a ser tenido en cuenta, sino también por el Estado como un colectivo al que mirar con los ojos de la inclusión verdadera.

Desde ese lugar se trabajan los consumos problemáticos y las adicciones, desde el concepto de salud social comunitaria, donde no hay ya más enfermos, locos, delincuentes, drogadictos, o Ni Ni como se los etiqueta en taxis o peluquerías, sino “sujetos de derecho” que deben ser respetados e incluidos con “todos sus derechos”, y no hay otra forma de hacerlo que trabajar sobre su realidad social y en forma colectiva.

Varios dispositivos empezaron a funcionar en nuestra ciudad, el Cepla que previene y recrea, los PEC que tejen la red social necesaria para que nadie más se caiga, la CET que es casa que recibe, donde lo más terapéutico es el sentimiento profundo, y por último el Programa PAIS, la primer oportunidad para los pibes de participar de la sociedad desde adentro, desde el lugar de los compañeros y el futuro.

Los que creímos en este proyecto y le pusimos el alma pagamos muchos costos, sólo el equipo profundo sabe cuántos, pero la satisfacción de estar construyendo una alternativa real para los pibes paga siempre la factura y nos da energía de sobra para seguir.

Siempre sentimos este trabajo como sostenido sobre dos pilares necesarios, el primero: son “los pibes” que nos llenan de satisfacciones, aprovechan las oportunidades, transforman sus realidades lentamente y con esfuerzo pero siempre para adelante, en algo distinto, construido desde la autoestima, individual y colectiva, el proyecto de vida, la ilusión y el optimismo de un futuro comunitario, una familia, amigos, un trabajo digno; y el segundo: “la sociedad”, que debe asumir de una vez por todas que no es digno tener en nuestra ciudad personas desechadas, que no se puede exigir a un menor que actúe distinto a lo que recibió de su entorno, que valore la integridad y los bienes de los demás si siempre fueron vulnerados los propios, que crea en un futuro de comunidad si siempre se lo negaron.

En eso estamos hoy, tan cansados como contentos, este sistema funciona, sólo hay que agrandar la plataforma para quizás romper el círculo que reproduce en nuestra ciudad el consumo problemático de sustancias, y casi siempre aparejadas, la desigualdad, la violencia y la exclusión.

Hoy fuimos con los pibes del programa País a levantar la ampliación de la vivienda de uno de ellos. Todo el grupo trabajó generosa y alegremente para ayudar a un compañero, tan lejos de las mezquindades que nos rodean en todos los niveles. Los mismos pibes terminaron hace poco las cabriadas iniciales del Salón Comunitario del Barrio 96 viviendas, Proyecto del CONICET reconocido por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ayer hubo taller de bachata en la CET a las 9 de la noche, chicos y chicas de distintos barrios se juntaron y bailaron, y se rieron, y se amigaron, la mayoría se quedó a compartir la cena.

Hace dos semanas el Festival de la Primavera juntó a grupos de colegios privados y públicos, del alto y del centro, jugaron, y disfrutaron sin alcohol. Un mes atrás inauguramos un SUM reconstruido por pibes y operadores, y vino Rubén Patagonia a cantar, y cantó un blues con el que conquistó a su compañera y reflexionó sobre no dejarse manejar por el alcohol, y los pibes quedaron maravillados en esa tarde mágica.

Hace sólo 6 meses, aunque parezcan 6 años, llenábamos la pileta de la costanera de gente bailando con Tu Mambo en la inauguración de la CET. Ayer uno de los jóvenes del Programa País que bailó ese día empezó su primer trabajo en el Centro Atómico, hace un mes con otros dos compañeros participaba de una pasantía generosamente aportada por Gerardo del Aserradero GW y construían una casa rodante guiados por Juan, un experto carpintero.

Mientras todo esto va pasando nuestro equipo sostiene la cotidianeidad, ríe y llora con los pibes, el vínculo sincero como estrategia esencial, las charlas, grupos operativos, reflexiones y charlas colectivas e individuales estructuran la labor terapéutica que siempre es mejor cuando se piensa en clave de “nosotros”.

Hay un camino, podemos llegar a una sociedad que sea comunidad, donde no sobre nadie, donde no falte nadie, donde no necesitemos más sentir miedo y pagar todas sus industrias, solo hay que incluir a todos, y se puede.

* Director de la Casa Educativa Terapéutica (CET) de Bariloche.

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