sábado 20 de abril de 2024

“Estamos muy lejos de alcanzar un modelo que glorifique la diversidad”

Luis Suero, director de Cre-Arte, habló con ANB sobre la situación en la actualidad de las personas con síndrome de Down. “Siguen siendo discriminadas”, aseguró.

domingo 23 de agosto de 2015
(foto Facebook Luis Suero)

Por Nicolás Malpede

Hurgar en el interior de cada una de las personas, para hallar su capacidad y potenciarla. Esa es una de las principales finalidades de Cre-Arte.

”Para lograrlo hacemos el trabajo de un minero: nos metemos bien adentro con el objetivo de encontrar lo importante”, grafica Luis Suero, titular del centro educativo artístico para personas con discapacidad que funciona en la ciudad desde 1995 y al que concurren 74 personas de 16 a 61 años, la mayoría de ellas entre los 25 y 30.

La entidad subsiste con un presupuesto anual de 2,2 millones de pesos, aportado por el municipio, Provincia, fundaciones del exterior, empresas locales y particulares.

En el espacio se dictan 24 disciplinas y 120 talleres por semana. Murgas, danzas, plástica, música, percusión, teatro, literatura, fútbol, jardinería, carpintería, cerámica, artística, diseño, muralismo, herrería, escultura, computación, reflexión, ciudadanía, baile caribeño y teatro, son algunos de los rubros que enseñan los 22 docentes que participan de la propuesta tan necesaria que ofrece Cre-Arte.

Suero habla con absoluta soltura. Sus palabras fluyen. Cada comentario tiene detrás una didáctica precisa que ameniza la charla.

- ¿Ha cambiado en los últimos años la mirada de la sociedad hacia las personas con síndrome de Down?

- Sí, claro. Hoy en día se los mira desde otra perspectiva, pero ese cambio no ha sido positivo. Todavía está muy puesta la mirada sobre los ‘pobrecitos’. Hace 40 años eran vistos como ‘monstruos’ y decían que eran fruto del pecado de sus padres. Hoy, ese concepto se modificó. Existe una sobrevaloración, es decir, se dice que son seres de luz, maravillosos o ángeles de cristal, o bien les colocan denominaciones similares. Esta idea los pone en un lugar de individuos sobrenaturales que deben tener una protección extrema, lo cual no los dignifica. Pareciera que hay que preservar a estas ‘maravillas’ como si fueran monumentos históricos. Se los sigue discriminando. No hay que clasificarlos.

- ¿Qué esperan ellos de la sociedad?

- Quieren ser parte de ella. Nada más que eso.

- Una sociedad que los incluya, ¿sería más pura?

- Totalmente. En la diversidad está la capacidad de aprender y de ser mejores. Hay que celebrar que haya una mirada y un sentir diferente. Poca gente los comprende, porque, por ejemplo, supuestamente no tienen una opinión calificada, pero en realidad nadie la posee. Todas las opiniones son válidas, debido a que todas sirven y suman para construir y crecer.

- ¿Por dónde se empieza para mejorar la conciencia social con respecto al tema?

- Es simple: siendo tolerantes y dejando al otro que ocupe el lugar que quiera ocupar.

- ¿Cuál es el objetivo principal de Cre-Arte?

- Intentamos abrir puertas y encontrar las capacidades que tienen las personas con discapacidades. Hacemos todo lo posible. Cuesta mucho, pero todos tienen alguna. Lo único que hay que hacer es develarla y potenciarla. Tratamos de darles diferentes posibilidades para que se manifiesten a través del lenguaje y de esta manera saber qué quieren decir y qué es aquello que está latiendo.

- Deben llegar con la autoestima por el piso…

- Por sus experiencias, la mayoría viene con la idea de que no sirven para nada. Necesitan hacer. Es necesario darles un espacio para que se puedan relajar y encontrarse.

- ¿Falta mucho para lograr un mundo inclusivo?

- Muchísimo. La intolerancia sigue estando de pie y mientras esto no cambie, continuaremos estando muy lejos de ser inclusivos. Si no nos soportamos unos a otros, mucho menos vamos a alcanzar un modelo que glorifique la diversidad.

- ¿Los avances tecnológicos en la medicina aumentaron la esperanza de vida de estas personas?

- Sí. En la década del ‘60 prácticamente no había gente con síndrome de Down que llegara a la tercera edad. Hoy ves muchos que tienen 60 y hasta 70 años. Es que se trata de una biología totalmente diferente. Antes se los dejaba tirados y en la actualidad incluso se previenen muchos problemas como los de carácter cardíaco, por ejemplo. Hasta se les practica cirugías en el momento del nacimiento.

- ¿Cuáles son las particularidades de los individuos con síndrome de Down?

- Tienen otra escala de valores. Hay una mayor trascendencia de lo vincular, de los afectos, de la palabra cálida. Dan la posibilidad de maravillarse. Están pese a todo. Lamentablemente, siguen estando en desventaja en un mundo que se constituye sobre la base del saber académico. Están al horno.

- ¿Qué rol juega el sistema educativo?

- El problema de la educación es que es igualadora. Todos debemos llegar a una tabla determinada y esto no potencia la individualidad. Hay una especie de malentendido comunismo educativo. No sabemos cómo enseñarles. No se fomenta la creatividad. Hay que reproducir lo establecido. La escuela no conmueve a nadie. En los docentes se nota la falta de pasión por la vocación.

- ¿Cuál es el desafío de cara al futuro?

- Tratar de aprender a ser tolerantes.

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