miércoles 8 de mayo de 2024

El brazo de Scioli

La semana pasada, el gran tema de debate era la edad y el estado de salud de Carlos Fayt. Como cayó en el olvido la idea de un juicio político, el tema de interés resultó el brazo derecho de Daniel Scioli.

domingo 24 de mayo de 2015
El brazo de Scioli

El primer programa de Marcelo Tinelli fue planeado al detalle y cada precandidato bailó al ritmo del rating, la estrella fugaz pero efectiva que tienen las elecciones. En cambio, el blooper de Florencio Randazzo en Carta Abierta fue producto de la mala improvisación. Hablar del proyecto manco hubiera pasado a mejor vida si no hubieran sucedido dos cosas: que la agrupación de intelectuales tiene la decencia de grabar y poner a disposición del público la asamblea completa de cada sábado y, segundo, que los asistentes, después de unos segundos, se rieron, tras lo cual el propio Randazzo se contagió. OK, tema menor, intrascendente. Pero Randazzo, para pedir disculpas advirtió que es el propio matrimonio Scioli quien hace campaña con el brazo amputado del gobernador. No todo está grabado en la memoria. Es más, la pirotecnia verbal probablemente no incida en este momento de la carrera electoral. Ahora bien: que los precandidatos recuerden el cajón que quemó Herminio Iglesias; tuvo la ocurrencia de llevar un ataúd que decía UCR y lo quemó a la vista del público.
La frivolidad, la espectacularización de la política y la convivencia de dirigentes políticos con personajes del mundo farandulero está más presente que nunca. Es probable que eso no sea, ni por asomo, un problema grave de la Argentina. Pero es tomado, por una buena parte de la sociedad, como un anticipo de la falta de ideas y convicciones de quienes aspiran a suceder a Cristina Kirchner a partir del 11 de diciembre. A juzgar por lo que se exhibe en televisión, es cierto que a partir de los resultados de las PASO de agosto de 2013, los referentes de los distintos espacios políticos rompieron los propios límites que tenían en el sentido de ir a programas de los medios cercanos al oficialismo o a los claramente opositores. No había debate. Ahora hay, pero con un voltaje que no es normal: muchos de los propios invitados se preparan como para una pelea. Es más, se quedan afónicos gritando mientras se quejan de la violencia en el fútbol. Alguno puede decir que es patético, otros dan rienda suelta al lado salvaje.
El peor bochorno del fútbol argentino, con más de mil policías presentes, tuvo por resultado que Adrián Napolitano (el Panadero) es apenas un fanático, que se acuesta pensando en Boca y se levanta pensando en Boca y que, en consecuencia, no tenía noción del daño que hacía. ¿Somos un país de imbéciles? Daría la impresión de que hay algo de imbéciles y mucho más de impunes. El martes pasado, a cinco días del escándalo de la Bombonera, el juez Carlos Montes dictó la eximición de prisión del Panadero. Tras cartón, el autor material del atentado agarró su cuatro por cuatro con vidrios polarizados, llegó al juzgado, estuvo unos minutos y firmó la notificación. De inmediato trascendió que en la casa del Panadero había una decena de carnés de plateístas de Boca, algunos de ellos mellizos. Carnés que le permiten a los barras del club hacerse de una cajita extra que se suma a las de los trapitos, la venta de falopa y otra cantidad de pequeños curros siempre apañados por fiscales, jueces, jefes policiales y políticos de todo el arco nacional.
Cualquiera puede pensar cómo influye eso en una maestra que quiere poner un poco de disciplina en la clase o en una madre que trabaja como una burra y pretende enseñarles a sus hijos que lo mejor es la austeridad y los buenos ejemplos. Pero mucho más loco es que los jueces de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires Benjamín Llargués y Horacio Piombo hayan tomado la espantosa decisión de criminalizar a la víctima en el caso de abuso de un pibito. El caso explotó también en los programas de tele: ¿qué les pasa a los magistrados que pueden hablar livianamente de la “orientación sexual” de una criatura de seis años? Pero además de que es una atrocidad usar esa categoría para un niño, la pregunta es: ¿cómo puede esa categoría justificar la reducción de la condena de un abusador? El argumento de los jueces es más que perverso: que el padrastro de la criatura previamente también habría tenido conductas inadecuadas con el niño. Los antecedentes de Piombo son conocidos en la vida tribunalicia: una separación donde su ex esposa denunció golpes, homofobia extrema con las mujeres que trabajan bajo su órbita y fallos arbitrarios en expedientes donde hay personas que cambiaron de sexo.
Lo que sigue puede ser producto del enojo: ¿podrá andar el Panadero con su pasión bostera entre los barras de la Doce o un buen día van a dar cuenta de alguien que actuó como un buchón? Y, quizá más justiciero, ¿Llargués y Piombo piensan andar por la calle lo más panchos creyendo que la impunidad no tiene límites? Los ejemplos tienen que llegar de arriba. Si los precandidatos para juntar votos van a bailar y reír o van a ser un poquito crueles con sus adversarios será una cuestión de ellos y sus publicistas. Estos suelen hacer encuestas y estudios con grupos focales como para saber cuáles son los apelativos eficaces y cuáles no. Es algo que aprenden y ponen en práctica para vender, por ejemplo, cerveza o papel higiénico. Siempre encuentran el contacto con el lado animal o el lado fashion del consumidor. Los creativos, los que escriben el slogan o sugieren cómo posicionar un producto (un auto o un candidato) se basan en los duros informes de lo que sirve y lo que no sirve. Daría la impresión de que todavía falta mucho y que la campaña todavía está en pañales.

El Papa. En la Argentina se habla mucho de la austeridad de ese uruguayo ilustre que es Pepe Mujica. En el mundo se habla, en cambio, de la austeridad del Papa Francisco, que cuando llegó al Vaticano decidió ir a vivir a Santa Marta, un antiguo edificio convertido en lazareto a fines del XIX. Casi como una metáfora, a ese lugar mandaban a los coléricos. Es decir, a los que sufrían cólera. Aquel cólera producía incontinencia intestinal. El cólera de la actualidad produce incontinencia emocional, verbal. Aquel cólera llevaba a la deshidratación y a veces a la muerte, propia. Este cólera es en contra de los otros. Debe reconocerlo quien escribe estas líneas: jamás hubiera pensado encontrar en la más alta jerarquía de la iglesia católica a un referente de la dignidad en los principios para luchar contra los molinos de viento. Y así como los curas villeros no eran visibles para una buena parte de la sociedad en los setenta porque incomodaban, hoy, este Jorge Bergoglio devenido Papa recoge la tradición de Carlos Mugica y encarna a los curitas villeros de la actualidad. Pese a la hiperinformación del siglo XXI, el Papa es invisible para el estado de cólera que atraviesa las sociedades. En algunas, por conflictos religiosos y raciales, en otras, por el narco. En la Argentina, por ahora, se vive un clima difícil de definir: hay, por un lado, un grado altísimo de marginalidad y la percepción de una parte muy alta de la sociedad es que hay mucha impunidad. El Papa apostó por esta transición en la Argentina: le mandó una carta a Cristina por el 25 de mayo y la va a recibir el domingo 7 de junio en Santa Marta.
Bergoglio y los Kirchner fueron más que enemigos íntimos. Basta recordar los dardos que se tiraban en los primeros años del gobierno de Néstor. Sin embargo, la vida llevó a que en este último año de su gobierno, Cristina tenga en el Papa un respaldo muy importante. En cualquiera de los escenarios conflictivos que puedan imaginarse en medio del desconcierto y la indignación, es casi una garantía de paz para el fin de este mandato en el que la dirigencia política no se pone de acuerdo en nada. Basta mencionar que para nombrar jueces federales –incluyendo los magistrados de la Corte Suprema– o para realizar un juicio político se necesitan los dos tercios de los miembros del Senado (dos tercios del total de los presentes en la sesión). Es decir, las famosas mayorías especiales, pensadas para dar respaldo cierto y, sobre todo, pensado, para que las disputas y tensiones políticas deban convivir con márgenes de acuerdos. Un mínimo de previsibilidad. Un mínimo de responsabilidad que no sea la que surge del propio poder y la propia fuerza.
Está claro que la Argentina está lanzada a la lucha electoral y que en los próximos meses, a la dirigencia política y a una parte significativo de quienes tienen poder, les interesa saber cómo queda el tablero. Los diagnósticos serios, los escenarios del país de los próximos años no son parte, al menos por ahora, de la agenda.

Capitanich. Las elecciones de Chaco tienen su importancia. Jorge Capitanich tiene altas chances de ganar la intendencia de Resistencia. Puede parecer un cargo menor, pero la apuesta del ex jefe de Gabinete y actual gobernador tiene sus bemoles. En primer lugar, porque es una apuesta a consolidar su liderazgo en la provincia con planes ambiciosos para la capital provincial. Pero, además, aunque no sea parte de los planes de Capitanich, será una de las pocas figuras bien perfiladas para completar la fórmula presidencial de alguno de los dos contrincantes que quedaron en el Frente para la Victoria. Tiene buen diálogo con gobernadores y dirigentes de tradición peronista y cuenta con el respaldo de la Presidenta. Lo más importante: tiene un diagnóstico preciso de las necesidades del país. En una larga conversación con este cronista, Capitanich repasó algunos temas clave. Respecto de las dificultades que presenta la unidad regional y en particular los vínculos con Brasil, mencionó un viaje que hizo siendo jefe de Gabinete junto al ministro Axel Kicillof para reunirse con altos funcionarios del gobierno de Dilma Rousseff. En esa reunión, la propuesta argentina consistió en crear un ámbito binacional para tres áreas estratégicas de la industria: automotriz, aeroespacial y naval. En particular, respecto del primer sector, para diseñar un perfil distinto al actual, concebido por las multinacionales y que genera, especialmente para la Argentina, una dependencia altísima de importaciones.
Capitanich reivindica de punta a punta estos 12 años de gobierno. Sin perjuicio de ello, señala que en los próximos cuatro años deben contemplarse políticas públicas agresivas en cuatro sectores. Primero, lograr el autoabastecimiento energético, que permita pensar un horizonte sin las cuantiosas divisas destinadas a la importación de gas y petróleo. Segundo, sustituir importaciones en la industria automotriz y en el sector de electrónica, ambos altamente dependientes de partes y componentes extranjeros. Tercero, una inversión en logística que permita recuperar 30.000 kilómetros de vías férreas, tanto de pasajeros como de carga, con un aumento sustantivo de la industria nacional. Cuarto, fuertes estímulos fiscales, crediticios y facilidades cambiarias a las economías regionales. Desde ya, el gobernador tiene cálculos acerca de los miles de millones de dólares que requiere abordar con seriedad ese proyecto estratégico. Sin embargo, sabe que por ahora el corto plazo es mañana y el largo plazo pasado mañana. Sin perjuicio del humor y el realismo de la política, la cuestión es que cualquiera sea el candidato que finalmente tenga el Frente para la Victoria y cualquiera sea el presidente que resulte electo para el próximo período, se necesitará un gobierno capaz de abordar esto, de lograr los recursos internos y externos para financiar inversiones. De lo contrario, las fragilidades de la macroeconomía afectarán el clima social y político.

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