viernes 19 de abril de 2024

PROEVO: un año de investigaciones

El Programa de Emergencias Volcánicas (PROEVO) fue creado pocos días después de la erupción del volcán Puyehue-Cordón Caulle. A un año del hecho los 24 proyectos de investigación financiados dan cuenta del impacto de las cenizas en nuestro medio. Publicamos el informe.

jueves 21 de junio de 2012
PROEVO: un año de investigaciones
Investigaciones realizadas en el marco del PROEVO.
Investigaciones realizadas en el marco del PROEVO.

Los volcanes que conforman el bello paisaje patagónico hicieron sentir su presencia el pasado 4 de junio de 2011 con la entrada en erupción del Puyehue-Cordón Caulle. En el ámbito académico, el suceso despertó múltiples inquietudes y avivó otras preexistentes. A instancias de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) se creó entonces el Programa de Emergencias Volcánicas (PROEVO) que recibió el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Veinte días después de la erupción, una partida de 500 mil pesos fue destinada a investigaciones cuyo objetivo central fuera dar cuenta del impacto de las cenizas en el ambiente y en la sociedad, considerando tanto aspectos técnicos y sociales como económicos.

El PROEVO se sumó así a la iniciativa de la Municipalidad de Bariloche que, ante la emergencia, conformó un Comité Científico Tecnológico en el que, con el aporte de diversas instituciones locales, se abordó el análisis de la situación.

La convocatoria a presentar proyectos de investigación fue ampliamente difundida entre las instituciones científico-tecnológicas que actúan en la región afectada por la erupción y, como respuesta, más de 30 proyectos fueron presentados. Evaluados por un tribunal de especialistas, 24 de ellos fueron finalmente aprobados para su ejecución otorgándole plazos que escasamente superaban el año de desarrollo. Además de la UNRN, participan actualmente de esta iniciativa diversas instituciones de la región como el Centro Atómico Bariloche, la Administración de Parques Nacionales, la Estación INTA, la Universidad Nacional del Comahue y ONGs locales.

Así, a un año de la erupción, con proyectos en ejecución prontos a ser finalizados, desde el PROEVO se tiene una aproximación a algunos de los efectos que produjeron las cenizas en la región. El sitio www.proevo.com.ar ofrece información sobre los avances de los estudios en curso. Las investigaciones realizadas permiten conocer, por ejemplo, la distribución de las cenizas en el vasto territorio afectado y revelan que, en los dos primeros meses después de la erupción, prácticamente toda la provincia de Río Negro (el 97%) se vio afectada en tanto, solo la mitad del territorio neuquino recibió cenizas de distintos tamaños. Se estudia también la dinámica de sedimentación, su distribución en cuerpos de agua, así como la composición química y mineralógica del material volcánico caído.

Los efectos en la fauna y en la flora local también están siendo analizados y se ha revelado, por ejemplo, que las cenizas podrían tener un efecto insecticida en algunas especies de insectos, afectando de esta forma la dinámica de las relaciones ecológicas en las que estos animales participan. Según algunos estudios, conocer cómo afecta la ceniza el comportamiento de algunos insectos permitiría, incluso, diseñar estrategias que mitiguen el impacto en actividades comerciales como la producción de miel. También la vegetación está mostrando una rápida respuesta a las cenizas, facilitando, en algunas de las especies analizadas, una rápida incorporación de nutrientes. Por ejemplo el arrayán, especie emblemática de la región, ha mostrado un comportamiento prometedor ya que, tras el fenómeno volcánico, parecería estar regenerándose con mayor facilidad en los tan visitados bosques de Isla Victoria y Península de Quetrihue.

La dinámica de arroyos y lagos ha sido sin duda afectada y los peces que los habitan han visto modificado su entorno. Por ello, los investigadores se interesaron en indagar si las truchas, de gran importancia económica para la región, veían afectado su comportamiento para lo que se las estudió en condiciones naturales pero, también en situación de cría en cautiverio. Impulsados por la emergencia, otros investigadores pusieron en marcha un sistema de reciclado de agua que permite proveer agua limpia a las truchas en cautiverio y, a su vez, generar un ahorro del vital fluido.

Sin dudas, el impacto en la caída de la actividad turística fue fuertemente sentido por la población, lo que llevó a investigadores del PROEVO a buscar identificar los sectores más perjudicados, analizando específicamente cómo fue afectado el sector hotelero. A su vez, se estudian las posibilidades de desarrollo de un turismo solidario. Los microemprendores de la región, que en muchos casos involucran a proyectos familiares de larga trayectoria, también han sufrido las consecuencias de la caída de cenizas y se han abocado a la búsqueda de otras actividades que resultaran redituables diversificando el panorama económico.

Las poblaciones rurales, por su parte, han sido fuertemente damnificadas por la acumulación de cenizas en contextos ya desfavorables. La precariedad de las viviendas, la falta de infraestructura para una adecuada provisión de servicios básicos y la mortandad de animales han demostrado ser problemas acuciantes para los pobladores de la Línea Sur. Los investigadores y técnicos que actúan en la zona trabajaron junto a la comunidad en la detección de necesidades y en la búsqueda conjunta de soluciones. Así, se impulsó un trabajo de recuperación de aguadas en los parajes de Corralito y Cerro Alto. También se trabaja junto a la cooperativa Zuen Mapuche, que nuclea a tejedoras de la zona, en el apoyo a la comercialización de sus productos y al procesamiento de la lana que ha sufrido un deterioro de su calidad a causa de la caída de cenizas.

Para paliar los impactos negativos, resulta alentador que algunas aplicaciones de las cenizas se vislumbran prometedoras. Tal es el caso del uso de cenizas en la construcción, en particular como reemplazo parcial del cemento en mezclas. Del mismo modo, un potencial uso económico que se vislumbra podría ser su aplicación en viveros como reemplazo de sustratos comerciales así como la incorporación de las cenizas al suelo de cultivo.

Más información, y todas las notas relacionadas con los proyectos PROEVO, están disponibles en www.proevo.com.ar

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