martes 23 de abril de 2024

Entrevista a Lyda Chen "Música en las venas"

Lyda Chen, hija de la pianista argentina Martha Argerich y el director de orquesta y violinista chino Robert Chen, cerró la última edición de Semana Musical Llao Llao junto con otros talentosos músicos: Daniel Rivera, Laura Zarina, Gabriele Baldocci y Stanimir Todorov. Los cinco son parte de la avanzada del "Martha Argerich Presents Project" que tuvo su debut mundial en este festival de música clásica.

miércoles 03 de noviembre de 2010
Entrevista a Lyda Chen "Música en las venas"
(foto Eliana Moscovich)
(foto Eliana Moscovich)

Luego del concierto y mientras se desarmaba la sala donde minutos antes el público había aplaudido de pie el Trío ° 2 op. 100 de Franz Schubert, Lyda Chen se disponía a hablar con la prensa, tarea ineludible para cualquier artista de renombre internacional.

Si bien su español es fluido, para expresar ciertas palabras esta ginebrina recurre -natural e inevitablemente- al francés. La entrevista fluye, al igual que los sonidos de su viola sobre el escenario.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con la música?

El primero es con mi padre que no es pianista pero le gustaba tocar el piano cada noche, muy tarde, algo de Bach, "Prelude y Fugue". Me dormía y me despertaba con ese sonido. Como él es director de orquesta y choeur, me encantaba ir a los ensayos, escuchar el coro y luego el concierto, todo me parecía enorme. La primera vez que fui tenía 6 o 7 años. Me acuerdo muy bien de los conciertos porque eran muy pocos al año. También recuerdo cuando me regalaron un tape del tercer concierto para piano de Prokofiev, en ese momento no lo sabía, pero era mi madre quien lo tocaba. De pequeña, cada vez que jugaba con mis muñecas escuchaba ese tape.

¿Cómo decidiste que ibas a ser artista, que ése iba a ser el camino en tu vida?

Mi camino en la vida no sé si aún lo encontré (risas). Después de haber terminado de estudiar derecho y tener mi diploma en Suiza, yo veía que en ese momento no había mucho espacio en la profesión para las mujeres, era un ambiente muy machista. Cuando cumplí los 27 años mi padre me regaló una viola. Empecé a tocar poco a poco. Así que pensé que si no quería seguir con el derecho podría probar con la música. Muy tímidamente y con el apoyo de mis amigos que estudiaban en el Conservatorio de Ginebra, comencé a tocar la viola con ellos. Así alcancé otro nivel y después de diez años me dediqué a tocar profesionalmente. Necesité ese tiempo para decidirme definitivamente por la música.

¿Cuándo te diste cuenta lo que significaba el nombre Martha Argerich?

En Argentina la admiración por Martha Argerich es muy emocional. Fuera del país, ella tiene también sus groupies y enamorados, pero su reconocimiento es más bien profesional, por la pianista increíble que es. En el exterior se la quiere mucho pero aquí es otro mundo y ella lo sabe y se siente un poco ahogada por tantas emociones. Me di cuenta del peso del nombre de mi madre cuando empecé a conocerla mejor. A los 18 años la acompañé en sus viajes y giras y vi cómo estudiaba, trabajaba y siempre daba lo mejor, sin importar la situación. A veces tocaba agotada por haber viajado veintitrés horas y justo antes haberse presentado en otro país con otro programa. La gente que organiza sus giras la admira mucho, he visto públicos totalmente impresionados, yo misma he presenciado cosas extraordinarias que ella ha hecho en el escenario. Si bien hay quienes no la quieren por su manera de tocar, todos la respetan muchísimo.

¿A qué edad visitaste Argentina por primera vez?

A los 18 años cuando quise venir a conocer el país de los orígenes, no sabía hablar una palabra de español, así que tuve que aprender rápido antes de viajar. Desde entonces he estado siete veces en Argentina.

¿Te sentís argentina en alguna manera?

Si visitara más el país estoy segura que algo argentino me saldría de adentro (Risas). Eso necesita tiempo. Cuando escucho a la gente hablando, el acento argentino me calienta el corazón y no hay ningún otro que tenga ese efecto en mí.

¿Cuáles son tus expectativas y las del grupo de embajadores del Martha Argerich Presents Project con respecto a este proyecto?

Tenemos muchas esperanzas porque todo está por empezar, como dijo Daniel (Rivera), uno de los directores artísticos del proyecto, tenemos algunas ideas locas, imposibles, pero con semejante energía vamos a poder lograr cosas fantásticas. Mi madre quedó encantada no sólo con que participen los jóvenes talentos sino también con darles un espacio a los viejos, ella se preocupa por las personas de edad que son artistas y que quedaron en situaciones difíciles. Su idea es estar rodeada de gente con quien pueda comunicarse, compartir emociones que no necesariamente tengan que ver con tocar música, sino con los valores de la vida. Ella está por cumplir el "gran 7" dentro de poco y quiere un cambio radical de dirección en su vida, aunque aún no sepa cuál es la dirección correcta.

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